El primer esqueleto de dinosaurio completo jamás identificado finalmente se ha estudiado en detalle. Científicos de la Universidad de Cambridge analizaron, describieron y reconstruyeron completamente el cuerpo completo del dinosaurio llamado Scelidosaurus, que fue encontrado en 1858 en el Reino Unido.
Hace 162 años se recolectaron algunos huesos fosilizados de la Costa Jurásica en el oeste de Dorset, los cuales fueron enviados a Richard Owen en el Museo Británico de Londres, quien además de ser el hombre que inventó la palabra dinosaurio, era el experto más reconocido en fósiles en Gran Bretaña.
De acuerdo con el estudio, estos huesos claramente pertenecían a un dinosaurio, pero eran un revoltijo de los restos de varios animales, por lo que Owen animó al buscador James Harrison a encontrar más especímenes para aclarar las cosas.
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En un año, Harrison había recuperado un esqueleto casi completo de un animal. Hasta ese momento, los dinosaurios solo se conocían por los dientes y algunos huesos dispersos, por lo que su estructura y apariencia habían sido completamente especulativas.
Entonces, Owen publicó dos artículos breves sobre la anatomía de estos esqueletos que, en efecto, eran de dinosaurio, pero muchos detalles quedaron sin registrar. No pudo reconstruir el animal como podría haber aparecido en vida, y no hizo ningún intento por comprender su relación con otros dinosaurios conocidos de la época.
En resumen, Owen ‘reenterró’ el esqueleto de dinosaurio en la literatura de la época, y así ha permanecido desde entonces: conocido, pero incomprendido. De hecho, los académicos dejaron de estudiar el viejo dinosaurio de Owen.
No obstante, durante los últimos tres años, el Dr. David Norman, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge, ha trabajado para terminar el estudio que comenzó Owen. Realizó un análisis biológico de este dinosaurio, llamado Scelidosaurus.
Encontró que las rocas en las que se fosilizaron los huesos de este dinosaurio, conocidas como ‘Blue Lias’, en la Costa Jurásica de Dorset, tienen alrededor de 193 millones de años, cerca de la Era de los Dinosaurios. Además, el trabajo de Norman no solo reconstruyó cómo era el Scelidosaurus en vida, sino que revelan que fue un antepasado temprano de los anquilosaurios, los ‘tanques’ blindados del período Cretácico tardío.
El estudio de Norman sobre todo el material conocido atribuible a Scelidosaurus se ha completado y revela una serie de novedades.
“Nadie sabía que el cráneo tenía cuernos en el borde posterior. También tenía varios huesos que nunca antes se habían reconocido en ningún otro dinosaurio”, dijo Norman.
Asimismo, señaló que por la textura rugosa de los huesos del cráneo está claro que, en vida, Scelidosaurus estaba cubierto por escudos córneos endurecidos, un poco como los escudos pegados sobre la superficie de los cráneos de tortugas vivas.
Además, el todo el cuerpo del Scelidosaurus estaba protegido por una piel que anclaba una serie de púas y placas óseas en forma de tachuelas.
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En cuanto a las relaciones del Scelidosaurus, los resultados arrojan que este dinosaurio es un ancestro de los anquilosaurios.
“Este dinosaurio vivió en una época en la que la mayoría de los continentes del mundo estaban agrupados en un mundo que ahora llamamos Pangea. Entonces, lógicamente, los animales en ‘Dorset’ habrían podido vagar por el mundo y sus restos fósiles deberían aparecer. en otros lugares. Pero por el momento solo conocemos a este dinosaurio de este lugar “, explicó Norman.
Los huesos de dinosaurios encontrados en Charmouth se encuentran en las bandas de piedra caliza más duras que se ven en los acantilados marinos.
“Las bandas de piedra caliza son “diagenéticas” y se han creado por la precipitación de carbonato de calcio del agua subterránea que fluye a través de sedimentos arenosos más gruesos en los que estos dinosaurios fueron enterrados”, aseveró la investigación.
Según el estudio, los sedimentos más gruesos indican breves períodos de flujo de agua de mayor energía, posiblemente creado por inundaciones periódicas en el área. Las inundaciones arrastraron a algunos dinosaurios al mar donde se ahogaron, fueron enterrados y finalmente fosilizados.
“Es lamentable que un dinosaurio tan importante, descubierto en un momento tan crítico en el estudio inicial de los dinosaurios, nunca se haya descrito correctamente. Ahora, por fin, se ha descrito en detalle y proporciona muchas ideas nuevas e inesperadas sobre la biología de los primeros dinosaurios y sus relaciones subyacentes. Parece una pena que el trabajo no se haya hecho antes, pero, como dicen, es mejor tarde que nunca”, concluyó Norman.
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