La comunidad científica del mundo sigue trabajando para obtener un tratamiento o vacuna para enfrentar el COVID-19 y uno de los que ha ganado protagonismo es una terapia de anticuerpos monoclonales que ha arrojado resultados prometedores.
En Estados Unidos dos farmacéuticas solicitaron al organismo regulador la aprobación de emergencia para sus anticuerpos producidos en laboratorio contra el COVID-19.
Precisamente, uno de estos tratamientos fue utilizado para tratar al presidente de EE.UU. Donald Trump, luego de que le fuera diagnosticado el COVID-19.
En ese sentido, estas terapias de anticuerpos ha llamado la atención en momentos en que el mundo mira con expectativa la segunda oleada de contagios que se viene registrando en algunos países del mundo, especialmente en Europa.
La estrategia de los anticuerpos monoclonales se basa en diseñar en el laboratorio versiones de estas moléculas para reconocer objetivos específicos que impidan la replicación del virus o que eviten que el sistema inmunitario reaccione al virus de forma descontrolada.
Asimismo, esta estrategia podría funcionar como una alternativa mientras se logra desarrollar una vacuna para el COVID-19, especialmente para tratar a pacientes con síntomas graves del coronavirus.
¿Qué son estas terapias?
Las terapias desarrolladas por las empresas Regeneron y Eli Lilly se denominan “anticuerpos monoclonales”, una clase relativamente nueva de medicamentos que son más conocidos para tratar ciertos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes.
El sistema inmunológico de los humanos produce anticuerpos, que son moléculas que combaten infecciones, y las vacunas enseñan al cuerpo a estar preparado para producir los adecuados para enfrentar patógenos específicos.
En ese sentido, los expertos explicaron que para luchar contra una enfermedad también se le puede dar a un paciente los anticuerpos de alguien ya recuperado. Este tratamiento se conoce como “plasma convaleciente” pero es difícil obtener plasma en una escala lo suficientemente grande como para implementarlo en un uso extendido.
De esta forma, Regeneron y Lilly han desarrollado dos “cocteles” o terapias de anticuerpos basados en los más eficaces que han descubierto para tratar el COVID-19.
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En el caso de Regeneron, uno provino de una persona y el otro de un ratón con un sistema inmunológico similar al humano pero que fue modificado genéticamente.
Los científicos también explicaron que todos funcionan uniéndose y distorsionando una estructura de superficie del COVID-19 llamada “proteína del pico”, la cual es utilizada por el virus para invadir las células humanas.
Asimismo, las células inmunitarias del huésped que producen los anticuerpos se pueden cultivar en un laboratorio para producir los anticuerpos deseados en masa.
Los anticuerpos no se pueden ingerir en una pastilla pero sí se deben administrar por transfusión mediante goteo. En teoría, los expertos creen que también podrían usarse como una forma de inmunización, pero a diferencia de las vacunas, la protección sería muy transitoria.
¿Son seguras y efectivas estas terapias?
Regeneron y Lilly publicaron algunos datos iniciales basados en unos pocos cientos de pacientes no hospitalizados en ensayos clínicos, en donde confirmaron que sus tratamientos redujeron la carga viral del COVID-19 y el tiempo de recuperación.
Una cifra particularmente llamativa provino del ensayo en etapa intermedia de Lilly, que mostró que la tasa de hospitalización y visitas de emergencia relacionadas con COVID-19 fue del 0,9% para los pacientes tratados con su terapia, frente al 5,8% con placebo.
Sin embargo, ese resultado fue para el tratamiento de Lilly de “combinación” de dos anticuerpos, mientras que hasta ahora la empresa solo ha solicitado la aprobación de emergencia para una “monoterapia” de un anticuerpo, porque tiene mayores existencias y más datos de seguridad disponibles.
Las compañías farmacéuticas han asegurado que sus ensayos clínicos no han generado ningún problema hasta el momento, por lo que esperan seguir realizando pruebas para poder determinar su seguridad y eficacia como tratamiento para el COVID-19.
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