Molnupiravir, lo que se sabe de la prometedora píldora antiviral para combatir el COVID-19

El desarrollo de una píldora para combatir el COVID-19 por parte del laboratorio estadounidense Merck ha generado bastante expectativa, esto ante la posibilidad de enfrentar el virus con una alternativa que podría complementar a las vacunas.

Los estudios con el fármaco oral denominado molnupiravir han mostrado resultados prometedores, ya que se ha evidenciado que puede reducir a la mitad los riesgos de hospitalización y muerte de las personas contagiadas con COVID-19.

Los análisis se realizaron en 775 personas con casos leves a moderados de COVID-19, y con al menos un factor de riesgo agravante, quienes tomaron el tratamiento dentro de los primeros cinco días de registrar los síntomas.

De esta forma, se pudo establecer que la tasa de hospitalización o muerte en los pacientes que recibieron el fármaco fue del 7,3 % en comparación con el 14,1% de los que recibieron un placebo.

Además, no se registraron muertes en personas tratadas con molnupiravir frente a los ocho fallecimientos que se tuvieron en el segundo grupo.

“El molnupiravir es una forma experimental administrada por vía oral de un potente análogo de ribonucleósido que inhibe la replicación del COVID-19. Se ha demostrado que molnupiravir es activo en varios modelos preclínicos del virus, incluso para la profilaxis, el tratamiento y la prevención de la transmisión”, indicó Merck.

Ver más: Píldora contra el COVID-19: una pastilla abriría una nueva alternativa para combatir el virus

Ante los resultados obtenidos en el estudio de fase 3, la compañía farmacéutica presentó una solicitud ante la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) para poder comercializar su píldora de forma masiva en el país.

De ser autorizado, esta píldora sería el primer producto de este tipo en el mercado para tratar el COVID-19,  después de las vacunas, y representaría un gran avance en la lucha contra la pandemia.

Sin embargo, algunas terapias anticovid como los anticuerpos monoclonales y el remdesivir del laboratorio estadounidense Gilead, se han venido administrando de forma intravenosa pero su uso no es generalizado.

De esta forma, los resultados de molnupiravir ha generado bastante expectativa ya que sería una nueva alternativa para combatir el virus y se convertiría en un complemento a las vacunas.

El profesor de enfermedades infecciosas emergentes de la Universidad de Oxford, Peter Horby, resaltó que una pastilla contra el COVID-19 que sea segura, asequible y eficaz sería un gran avance para combatir la pandemia.

“El molnupiravir parecía prometedor en el laboratorio, pero la prueba real era ver si tenía algún beneficio en los pacientes. Muchos medicamentos fallan en este punto, por lo que estos resultados provisionales son muy alentadores”, indicó Horby en un informe citado por el organismo británico Science Media Center.

Una de las ventajas de este pastilla antiviral es que se podría conseguir más fácilmente y su principal objetivo es evitar que el virus se replique en el organismo.

De esta forma, los desarrolladores creen que esta pastilla contra el COVID-19 ayudaría a que las personas que están contagiadas no desarrollen síntomas graves. Además, también podría tomarse de forma preventiva quienes han estado con un contacto cercano con la enfermedad.

La compañía Merck resaltó que ya viene trabajando con las agencias sanitarias y reguladoras de todo el mundo para solicitar su uso de emergencia y autorización para la comercialización en los próximos meses.

Sin embargo, ha sido enfática en afirmar que esta píldora para el COVID-19 es segura y eficaz frente a todas las variantes pero en ningún caso sustituye a las vacunas sino que puede funcionar como un complemento.

De hecho, debido al potencial que tienen este tipo de medicamentos de fácil acceso a la población, varios laboratorios también vienen avanzando con estudios como el estadounidense Atea Pharmaceuticals y el suizo Roche, que están estudiando la eficacia de un tratamiento comparable llamado AT-527.

Asimismo, Pfizer también inició un ensayo clínico a gran escala para su píldora contra el COVID- 19 en el que espera probar su capacidad para reducir de manera preventiva el riesgo de infección en quienes están cerca de una persona que contrajo la enfermedad.

“Los tratamientos antivirales que se pueden tomar en casa para mantener a las personas infectadas con COVID-19 fuera del hospital son absolutamente necesarios”, explicó Wendy Holman, ejecutiva de Ridgeback Biotherapeutics compañía que junto a Merck desarrolla este fármaco.

El expresidente del Comité de Medicina de Salud Pública de la Asociación Médica Británica, Peter English, destacó que el problema de los antivirales como el molnupiravir es que deben tomarse antes de que los pacientes sean considerados “lo suficientemente enfermos como para necesitar algo más que tratamiento para los síntomas”.

Por ejemplo, los antivirales contra la gripe o el herpes labial solo son efectivos si se ingieren muy temprano o antes de que el virus se replique por completo en el organismo.

“No sustituyen a la vacuna. No es una cura milagrosa, sino una herramienta complementaria”, indicó Peter Hotez, profesor del Baylor College de Houston, quien también está preocupado por la posible aparición de cierta resistencia al fármaco si se usa masivamente.

Lo cierto es que ante la gran expectativa que ha generado esta píldora para el COVID-19, la compañía Merck ya ha comenzado la producción a gran escala de molnupiravir y planea fabricar las dosis necesarias para 10 millones de tratamientos antes de finalizar el 2021.

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