¿Funciona utilizar doble mascarilla para el COVID-19? Esto dicen las autoridades de salud

La aparición de nuevas mutaciones del COVID-19 que han demostrado, preliminarmente, ser más contagiosas ha llevado a muchas personas a utilizar doble mascarilla al considerar que de esta forma se puede aumentar la protección frente a una infección.

Lo cierto es que esta práctica ya venía siendo utilizada por algunas personas pero ha tomado relevancia a media en que se conoce que estas variantes se expanden por los países del mundo y podrían provocar un incremento de los contagios.

En ese sentido, algunas personas han optado por utilizar una mascarilla de tela sobre la quirúrgica ya que les puede brindar una mayor sensación de seguridad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resaltó que las mascarillas de tela, que cuentan con las capas establecidas para filtrar aerosoles, siguen siendo eficaces porque el medio de transmisión del virus no ha cambiado.

“Todas las personas de menos de 60 años que no tengan problemas de salud particulares pueden usar las mascarillas de tela, no quirúrgicas”, afirmó Maria Van Kerkhove, responsable de la gestión de la pandemia en la OMS.

Sin embargo, algunos expertos como el epidemiólogo y principal asesor de la Casa Blanca para el COVID-19, Anthony Fauci, reconoció que el uso de doble mascarilla “tiene sentido” y “probablemente” sería más efectivo para prevenir un contagio.

Así lo indicó Fauci en entrevista con NBC News ‘TODAY en donde explicó que las mascarillas funcionan como una barrera física que evitan que las gotas respiratorias se propaguen a otras personas brindando cierto grado de protección al usuario frente a una infección.

“Entonces, si tienes una cubierta física con una capa, te pones otra capa, simplemente tiene sentido común que probablemente sea más efectivo. Esa es la razón por la que ves a la gente haciendo un doble enmascaramiento o haciendo una versión de un N95”, indicó Fauci.

En ese sentido, varios expertos han destacado que el uso de doble mascarilla podría brindar una mayor protección pero no sería necesario, siempre y cuando el tapabocas que se utilice sea de buena calidad y esté correctamente ajustado a la cara de las personas tapando completamente la nariz y la boca.

Los autoridades de salud han explicado que las mascarillas de tela ofrecen cierto grado de protección a las personas pero este nivel esta determinado por el tipo de tela, la cantidad de capas utilizadas para su confección y su respectivo ajuste en el rostro para evitar dejar espacios por donde se pueden inhalar gotículas contaminadas.

“Las máscaras de tela multicapa pueden bloquear hasta un 50 %-70% de estas finas gotas y partículas y limitar la propagación. Se ha logrado más del 80% de bloqueo en experimentos humanos que han medido la filtración de todas las gotitas respiratorias con máscaras de tela que funcionan a la par con las máscaras quirúrgicas”, reseña los CDC.

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Sin embargo, las mascarillas quirúrgicas y las tipo N95 también se han convertido en elementos fundamentales de protección, especialmente para personal sanitario y de los hospitales, aunque algunas personas han decido utilizarlas porque tienen un mayor nivel de protección.

Las autoridades de Alemania y Austria han decidido imponer el uso mascarillas médicas FFP2 O N95 en los comercios y transportes.

El gobierno francés pidió que se dejen de usar algunas mascarillas de tela como las fabricadas en casa, porque se cree que no filtran lo suficiente ante la aparición de nuevas variantes más contagiosas del coronavirus.

“Los países son libres de tomar las medidas que consideren necesarias. Pero, incluso con variantes que pueden ser más contagiosas, no tenemos ningún indicio que sugiera que el modo de transmisión haya cambiado”, afirmó Van Kerkhove sobre estas decisiones frente a las mascarillas.

Están mascarillas están destinadas especialmente para el personal médico, con el fin de proteger a la persona que las lleva y que están más expuestos al contagio del COVID-19.

Sin embargo, las posibilidad de volverlas obligatorias podría representar muchos problemas para las personas y para la disponibilidad de los sistemas sanitarios provocando una posible escasez en el escenario de que la población empiece a utilizarla masivamente.

El director del Instituto de Investigación Aplicada en Salud de Birmingham (Inglaterra), KK Cheng, explicó que al ser casi herméticas, estas mascarillas requieren un mayor esfuerzo para respirar y además son más costosas para las personas.

Asimismo, el uso de mascarillas quirúrgicas de polipropileno, originalmente reservadas al ámbito sanitario, se ha generalizado con el COVID-19 y su objetivo también es impedir que su portador contagie a los demás al brindar un mayor nivel de protección.

Los estudios han demostrado que esta mascarilla bloquea al menos 95% de las partículas de 3 micrómetros. Así como las FFP2, pero no hay que llevarla más de cuatro horas y por eso generan una mayor contaminación ambiental al ser consideradas desechables porque solo se pueden utilizar una sola vez.

Por su parte, las mascarillas de tela, industriales o confeccionadas en casa, se generalizaron a raíz de la escasez de mascarillas médicas al principio de la pandemia pero muchas autoridades han empezado a considerarlas menos seguras frente a las nuevas variantes del COVID-19.

Una de las ventajas de las mascarillas de tela es que pueden ser confeccionadas en la casa y pueden ser reutilizables debido a que se pueden lavar.

Las autoridades de salud y expertos epidemiólogos han resaltado que la clave está en que la mascarilla, ya sea de tela o quirúrgica, cubra completamente la nariz y la boca sin dejar espacio por donde se puedan filtrar partículas.

Además, es fundamental que las personas se laven las manos antes de ponérsela y sujetando las tiras elásticas. Una vez puesta, no hay que tocarla, porque hay que volver a lavarse las manos.