La conducción es un trabajo que requiere de distintos movimientos y manipulación de varios dispositivos. El propósito de los conductores es controlar el automóvil de manera adecuada para lograr transportarse de forma segura y eficiente.
Un estudio de la Universidad de Nottingham en Reino Unido se interesó por el comportamiento de las personas al volante. Y, por consecuencia, reveló que se tocan la cara 26 veces por hora durante el trayecto.
El estudio fue publicado en la revista Ergonomics en donde se advirtió que si los individuos no practican una correcta higiene de manos, pueden propagar millones de gérmenes e infecciones.
¿Cómo se realizó el estudio?
36 conductores fueron analizados durante el proyecto, en donde se grabaron 31 horas de material de archivos. Los investigadores, al analizar los videos filmados por dos estudios de conducción en ruta, revelaron sus propias conclusiones.
En total el conductor promedio se roza distraídamente la cara 26,4 veces por hora y cada toque dura aproximadamente 4 segundos. Los lugares en donde más se toca son cara (79,6%) y cabello (10%). Por último, están los hombros (1,7%).
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También se determinó que casi la mitad de las veces (42,5%), los conductores estuvieron en contacto con las membranas mucosas. Estas incluyen, por ejemplo, los labios, las fosas nasales o los ojos.
En varias ocasiones, los conductores tocaron las áreas con las yemas de los dedos o pulgares. Es decir, dos lugares del cuerpo que, según los científicos, muchas personas pasan por alto cuando se lavan las manos.
“Los comportamientos de tocarse la cara presentan un riesgo de transmisión para el conductor, especialmente si ese vehículo es compartido u ocupado por varias partes, y donde la higiene de las manos es deficiente. Al rascarse la nariz o frotarse los ojos, por ejemplo, el conductor puede transferir inadvertidamente virus u otra sustancia extraña peligrosa, adquirida del control o superficie de un vehículo contaminado mientras conduce o antes de ingresar al vehículo, a su cara”, aseguró David R Large coautor del estudio.
¿Por qué se rascan los conductores?
Durante el estudio sobre los conductores se reveló que las tasas de contacto facial fueron las mismas en todos los géneros y edades. Además se planteó la idea de que la tasa puede ser mucho más alta cuando se trata de conductores que viajan solos.
Otra de las conclusiones que reveló el estudio fue la relación entre la energía mental y física y la conducción. Entre más demandante era la concentración para el conductor, con menos frecuencia comenzaba a rascarse.
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