El Mar de Ross, Antártida, es uno de los ecosistemas marinos más productivos del Océano Austral y alberga anualmente a casi un millón de parejas reproductoras de pingüinos Adelia (Pygoscelis adeliae). Recientemente, un zoólogo de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., descubrió una gran cantidad de restos de pingüinos en varios estados de descomposición, los cuales han salido a la luz debido al derretimiento y deshielo de la Antártida por el cambio climático.
Restos antiguos y recientes de pingüinos Adelia, en su mayoría polluelos, que con frecuencia mueren y se acumulan en estas colonias, han sido descubiertos en la superficie de la Antártida por el investigador Steven Emslie, según señaló un artículo publicado esta semana por la Sociedad Geológica de Estados Unidos.
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Emslie hizo los hallazgos en una zona del cabo Irizar en el mar de Ross, un lugar donde no se tenía registro de existencia de alguna colonia activa de pingüinos durante al menos un siglo. Sin embargo, encontró una gran cantidad de huesos y plumas, algunos de estos eran cadáveres completos de polluelos en proceso de descomposición.
Los investigadores recolectaron algunos de estos restos de pingüinos de la superficie de la Antártida para su posterior análisis por radiocarbono para tratar de averiguar qué estaba sucediendo allí.
El equipo encontró viejos montículos de guijarros esparcidos por el cabo. Estos montículos son antiguos sitios de anidación de pingüinos Adelia, los cuales usan guijarros para construir sus nidos. Cuando abandonan un sitio, los guijarros se dispersan y se destacan en el paisaje, ya que todos tienen aproximadamente el mismo tamaño.
“Excavamos en tres de estos montículos, utilizando métodos similares a los de los arqueólogos, para recuperar tejidos preservados de huesos, plumas y cáscaras de huevo de pingüino, así como partes duras de presas del guano (huesos de pescado, otolitos). En general, nuestro muestreo recuperó una mezcla de restos de pingüinos antiguos y recientes, lo que implica múltiples períodos de ocupación y abandono de este cabo durante miles de años. En todos los años que he estado haciendo esta investigación en la Antártida, nunca había visto un sitio de pingüinos como este”, explicó en el Emslie en el artículo.
Los análisis de radiocarbono, publicados recientemente en la revista Geology, revelaron al menos tres períodos de ocupación del cabo Irizar por crías de pingüinos, siendo el último hace unos 800 años y el más antiguo hace unos 5.000 años.
“Cuando terminó esa ocupación, ya sea debido al aumento de la capa de nieve sobre el cabo u otros factores (la Pequeña Edad de Hielo también comenzaba en ese momento), los restos “frescos” en la superficie se cubrieron de nieve y hielo y se conservaron intactos hasta la reciente exposición de deshielo”, detalló el estudio.
No obstante, el calentamiento global ha aumentado la temperatura anual en el Mar de Ross entre 1.5 y 2.0 ° C desde la década de 1980. De hecho, las imágenes satelitales muestran la diminución de la capa de nieve en el cabo desde el 2013.
“La presencia de restos frescos en la superficie de la Antártida, que en realidad son antiguos, sugiere que solo recientemente el deshielo ha expuesto cadáveres previamente congelados y otros restos por primera vez en 800 años, lo que les permite descomponerse y parecer frescos. A medida que las tendencias de calentamiento continúan en la Antártida y el mar de Ross, es posible que se hagan evidentes otros sitios cubiertos de nieve y hielo que se sumen al registro dinámico de ocupación y abandono de pingüinos”, afirmó el estudio.
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