Las autoridades sanitarias de Europa y Estados Unidos vienen investigando la aparición de algunos casos inusuales de trombosis en personas que recibieron las vacunas contra el COVID-19 de las farmacéuticas AstraZeneca y Johnson & Johnson (Janssen).
Sin embargo, los organismos han explicado que las vacunas son seguras y efectivas para combatir el COVID-19 por lo que han hecho un llamado a seguir confiando en estos fármacos ya que estos casos no son significativos respecto a las millones de dosis que se han aplicado a nivel mundial.
¿Qué se ha identificado?
Las sospechas surgieron en estas dos vacunas luego de que se detectaran varios casos de trombosis en personas que habían recibido dosis de AstraZeneca (Europa) y Johnson & Johnson (Estados Unidos).
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) indicó que en el caso de AstraZeneca no se trata de simples trombosis, como las flebitis, sino de afecciones muy inhabituales. Primeramente, por su localización ya que afectan las venas cerebrales y en menor medida, el abdomen.
Por su parte, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que estos casos se vienen registrando a la par con una caída del nivel de plaquetas sanguíneas, sumado a la formación coágulos sanguíneos, por lo que el paciente también puede sufrir hemorragias.
“Con la vacuna de Johnson & Johnson también se observaron trombosis de los senos venosos cerebrales”, subrayaron las autoridades sanitarias de Estados Unidos. Además, la EMA reconoció por primera vez el 7 de abril que estos problemas podían ser provocados por la vacuna de AstraZeneca.
Para el caso de la vacuna Johnson & Johnson este vínculo todavía no se ha establecido formalmente y solo se viene aplicando en Estados Unidos de forma masiva por lo que se decidió suspender provisionalmente su uso; mientras que en Europa la vacuna se distribuirá bajo el nombre Janssen y todavía no ha sido suministrada en los países de la región.
¿Por qué se están presentando estos casos?
Los investigadores han explicado que estos problemas podrían estar relacionados con la técnica de ambas vacunas de “vector viral” la cual utilizan como soporte otro virus que se modifica para que transporte en el organismo informaciones genéticas capaces de combatir el COVID-19.
Ambas utilizan un adenovirus, un tipo de virus muy corriente. De esta forma, la vacuna de AstraZeneca utiliza un adenovirus de chimpancé y la de Johnson & Johnson un virus humano.
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“Todo indica que se debe al vector adenovirus”, explicó en Twitter Mathieu Molimard, especialista francés en farmacología, recordando que este tipo de problemas no se da con las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, que utilizan la técnica de ARN mensajero.
Por ahora, se desconoce si estas patologías también se registran con otra vacuna que emplea adenovirus como la rusa Sputnik, la cual está autorizada en unos 60 países pero no ha recibido la aprobación en la Unión Europea ni en Estados Unidos.
¿Cuáles son los mecanismos?
Los estudios preliminares dan cuenta que estos casos se estarían registrando preliminarmente por una reacción inmunológica desmesurada provocada por estas vacunas.
En un estudio publicado en línea el 28 de marzo, investigadores alemanes y austriacos establecieron un vínculo con otro mecanismo ya conocido.
“El fenómeno se parece clínicamente a la trombocitopenia inducida por heparina (TIH)”, indicó el equipo de científicos liderado por Andreas Greinacher, de la Universidad de Greifswald.
La TIH es una reacción inmunitaria anormal, grave e inhabitual desencadenada en algunos pacientes por un medicamento anticoagulante, la heparina.
Sin embargo, las autoridades y las farmacéuticas siguen adelantando estudios para poder establecer la causa por la que se están presentando estos casos de trombosis.
¿Cuál es el riesgo de estas vacunas?
El principal objetivo de los organismos sanitarios es establecer el riesgo que existe con la aplicación de estas vacunas contra el COVID-19 y si solo afecta a una parte de la población, ya que se ha evidenciado pocos casos en adultos mayores.
De acuerdo con cifras de la EMA, hasta el 4 de abril se habían detectado 222 casos de trombosis atípicas tras 34 millones de inyecciones realizadas con la vacuna de AstraZeneca en los 30 países del Espacio Económico Europeo (UE, Islandia, Noruega, Liechtenstein) y el Reino Unido. Estos casos dejaron 18 muertos hasta el 22 de marzo.
Sin embargo, uno de los aspectos que se ha identificado es que estos casos de trombosis se produjeron “durante las dos semanas consecutivas a la vacunación”, según la EMA.
En el caso de Johnson & Johnson, las autoridades estadounidenses registraron seis casos, entre estos un deceso, entre más de 6,8 millones de dosis administradas en donde los síntomas aparecieron entre 6 y 13 días después de la inyección.
Sin embargo, aunque estos casos generan alarmas, los científicos han explicado que en el uso de todo medicamento se deben ponderar los riesgos y beneficios y por eso, hasta el momento, la protección que brindan estas vacunas para evitar enfermar gravemente o morir por el COVID-19 sigue siendo muy superior a los casos de trombosis.
“Los beneficios globales de la vacuna en la prevención del COVID-19 pesan más que los riesgos de efectos secundarios de las vacunas”, aseguró la EMA con respecto a la vacuna de AstraZeneca.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Las autoridades han identificado que la mayoría de casos con AstraZeneca se dieron en “mujeres menores de 60 años”, según la EMA; mientras que los seis casos detectados en Estados Unidos con Johnson & Johnson eran mujeres de entre 18 y 48 años.
“Es demasiado temprano para sacar conclusiones. Por ahora, no hemos identificado ningún factor de riesgo específico”, aseguró la EMA respecto al biológico de AstraZeneca.
A pesar de que no se ha identificado un patrón de edades y factores de riesgo, algunos países europeos decidieron dejar de utilizar la vacuna por debajo de una determinada edad.
Por ejemplo, en personas de 30 años en Reino Unido, 55 años en Francia, Bélgica y Canadá; 60 años en Alemania y Holanda, y 65 años en Suecia y Finlandia. Noruega y Dinamarca optaron por suspender totalmente el uso de la vacuna de AstraZeneca.
“No solo tenemos una vacuna, tenemos varias. Por eso, me parece que tiene sentido reservar la de AstraZeneca a las personas mayores”, resaltó la viróloga de la Universidad Goethe de Fráncfort, Sandra Ciesek, a la revista Science.
Por su parte, las autoridades del Reino Unido difundieron un gráfico que demuestra que el COVID-19 supone un riesgo para la salud seis veces mayor que la vacuna en edades comprendidas entre 20-29 años. Además, en la franja de 60-69 años, el riesgo es 600 veces más importante de enfermar gravemente con el virus.
“El beneficio de la vacuna de AstraZeneca en prevenir el COVID-19 supera el riesgo de efectos secundarios. El COVID-19 es una enfermedad muy seria con altas tasas de hospitalización y muerte, y cada día causa miles de muertes en toda la Unión Europea (UE)”, indicó la EMA.
Por su parte, la OMS aseguró que se necesitan estudios especializados para entender completamente la relación potencial entre la vacunación y posibles factores de riesgo de esta vacuna.
Las vacunas del COVID-19 AstraZeneca y Johnson y Johnson han demostrado ser muy efectivas para prevenir la enfermedad grave y hospitalizaciones ante el virus y han sido unos de los primeros fármacos en recibir las aprobaciones de uso por parte de las autoridades sanitarias de los países en el mundo.
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