La flora intestinal está compuesta por millones de microorganismos que te ayudan a defenderte de enfermedades, digerir mejor los alimentos, absorber los nutrientes y sintetizar las vitaminas.
Un reciente estudio del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, estableció que la microbiota ayuda a recuperar el sistema inmune, para lo que utilizaron como sujetos de estudio a pacientes con cáncer.
Después de recibir agresivos tratamientos con antibióticos que mataron su flora bacteriana, los pacientes mostraron una recuperación a la par de los microorganismos de su intestino, lo que demuestra su importancia y motiva a su potencial uso en terapias para personas con sistemas inmunes deprimidos.
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Cuando tienes tu flora intestinal dañada, puedes sufrir de síntomas como gases, estreñimiento o diarrea, hinchazón abdominal y cólicos.
Probióticos y prebióticos para tu flora intestinal
Para evitar estas molestias y cuidar la flora bacteriana, puedes ingerir ciertos alimentos que permiten que esos buenos microorganismos, como los lactobacilos y las bifidobacterias, se mantengan en buen número para cumplir con sus funciones.
Se trata de los probióticos, alimentos como yogur, queso crudo, y también preparaciones fermentadas, como el kimchi, que es repollo fermentado con pepino, ajo cebolla y especias.
Los tomates, el plátano, las alcachofas, las manzanas, la salsa de soja y el té kombucha son buenos prebióticos, es decir, alimentos que no contienen las bacterias pero las alimentan.
Paralelo a estas comidas, tu flora intestinal se beneficiará de que evites el alcohol y el cigarrillo.
Cero estrés
Investigaciones recientes de la Asociación Americana de Microbiología sugieren que el estrés puede cambiar la microbiota y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades autoinmunes, al volver patógenas las buenas bacterias del intestino.
De allí la importancia de mantener un estilo de vida donde las dosis de estrés sean mínimas.