Reírse de uno mismo e incluso practicar la resiliencia podría ser la clave para ser felices en todo momento. Claro que no se trata de una actitud fácil que aparece de la noche a la mañana, solamente puede ir evolucionando con nuestra actitud y poniendo en práctica un nivel más avanzado de autoconocimiento.
Para aprender a reírse de uno mismo es necesario tener un buen grado de aceptación sobre la persona que somos. Muchos han crecido en un ambiente donde esa capacidad fue facilitada, pero en el caso contrario, es necesario trabajarla diariamente para comenzar a conocernos y aceptarnos sin ningún tipo de juicio.
Reírse de unos mismo es parte de la resiliencia
Cuando hablamos de resiliencia, nos referimos a la capacidad que tiene el ser humano de adaptarse bien a la adversidad, trauma, tragedia, amenaza e incluso tensiones significativas. Al igual que problemas de salud, problemas personales, familiares o situaciones estresantes, explica la America Psychological Association.
Claro que ser resiliente no significa que la persona no deba experimentar dificultades o angustias, por el contrario, se relaciona a la capacidad que tenemos de actuar frente a estas circunstancias, donde reírse de uno mismo puede ser el camino principal.
Por si fuera poco, no es un secreto que vivimos en una sociedad donde todos están acostumbrados a juzgar a los demás por sus defectos o acciones, lo que es parte de la inseguridad colectiva. Por eso, reírnos de nosotros mismos se convierte en la vía para que nos dejen de importar las opiniones negativas de terceros.
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¿Cómo aprender a reírse de uno mismo?
Aunque no hay receta milagrosa para aprender a reírse de uno mismo, si hay algunos consejos que se convierten en la clave del éxito para lograrlo.
- Recuerda los días que parecieron fatídicos, donde todo salió mal, luego cuéntaselo a alguien y verás cómo el dolor se convierte en una divertida anécdota.
- Cuando creas que metes la pata, acéptalo, trata de aprender de lo ocurrido y hasta ríete de lo tonto que pudiste ser.
- Deja de salir con esas personas que parecen tus amigos, pero no te dejan ser y debes estar tratando todo el tiempo de encajar con ellos. Empieza a ser tu mismo, busca un entorno que te acepte sin complicaciones.
- Procurar reírte todos los días es una de las claves inevitables de la felicidad. Ya sea que lo hagas viendo una película, internet o alguna gracia de tus hijos, incluso de las cosas divertidas que pasan en tu trabajo. Recuerda reír todos los días, incluso de ti mismo.
- Tomando en cuenta el punto anterior, plántate delante del espejo y mírate poniendo muecas, bailando y cantando todo lo que puedas, aunque no seas un profesional, lo importante es divertirse.
- Júzgate con bondad, deja de ser juez y verdugo de ti. Para aprender a reírnos de nosotros mismos es necesario mirarnos con benevolencia.
- Aprende a ser tu propio cómplice, olvídate de esa voz interior severa e inflexible y cultiva una que sea tu apoyo. Perdónate y evita culparte, todos comentemos errores y eso no significa el fin del mundo.
Tomando en cuenta que siempre hemos escuchado que la risa es el mejor remedio del alma, entonces reírse de uno mismo es completamente necesario y saludable. No tienes que ser constantemente tu juez más severo, ya verás que con buena actitud hacia ti misma, no solo comenzarás a ver la vida de forma diferente, también atraerás cosas maravillosas.
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