El ahorro es uno de esos deseos de Año Nuevo, una de esas metas que para muchos es un constante fracaso, pero que es un factor determinante para la prosperidad económica y la estabilidad personal.
Según datos de Statista, las mujeres han sido menos ahorrativas que los hombres, ya que la mitad confiesa tener cero en su cuenta de ahorro, en comparación con un 38% de los caballeros. El 22% de las mujeres ha ahorrado al menos mil dólares y el 10% hasta cinco mil.
Solo el 5% de las mujeres tiene más de 50 mil dólares ahorrados, mientras que el 7% de los hombres cuenta con esa cantidad.
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Harv Eker, conferencista, escritor y millonario, plantea que no basta con tener la disposición, debes tomar acciones concretas para poder ejercitar el músculo del ahorro. Pero, ¿cómo hacerlo?
Empieza con lo que tengas
Eker habla de administrarse y que la mayor parte de la gente espera para hacerlo “cuando tenga dinero”, pero es la paradoja de que si gastan todo lo que cae en sus manos, ¿cómo tendrán algo para guardar? Si tienes un dólar, comienza administrando ese dólar.
Guarda el 10%
Coloca el 10% de tu ingreso mensual en una cuenta aparte. El 10% es una cantidad ideal porque no es tan grande como para hacerte sentir restringido pero es lo suficiente para generar un hábito consciente y a la larga puede generar un ahorro significativo.
Usa otro 10% para el disfrute
Según Eker, la mayor parte de la gente abandona el ahorro porque lo considera un castigo. Para atenuar esa sensación, recomienda destinar otro 10% de los ingresos a actividades o gustos personales. Esa cantidad mensual debe gastarse obligatoriamente porque refuerza el hábito y le envía al cerebro el mensaje de que puede ahorrar y sentirse bien al mismo tiempo.
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Piensa en por qué lo haces
Pensar en qué vas a destinar el dinero y visualizarlo, facilita que quieras realmente ahorrarlo. Puedes ahorrar para cosas puntuales, pero la meta es mantener un fondo permanente de ahorro para el retiro y la independencia financiera. Lo que te lleva al siguiente punto:
Crea un fondo intocable
El concepto de emergencia varía de persona a persona, por eso es común que tus intentos de ahorrar fracasan cuando te encuentras con un imprevisto. Tu fondo debe ser intocable, incluso para situaciones que en perspectiva no son verdaderas emergencias.
Eker asegura que, junto al ahorro, la inversión sabia y simplificar los gastos pueden llevar a cualquiera a la independencia financiera.