La ansiedad por comer dulce es algo que le ocurre a muchas personas, incluso cuando saben que resulta dañino para su salud. Pero se trata de un problema difícil de controlar, cayendo en la tentación de los típicos chocolates, caramelos, rebanadas de pastel, etc., lo que irremediablemente solo nos dejará un intenso sabor a culpa.
Una de las causas más comunes de la ansiedad por comer dulce, es cuando ocurre un descenso en los niveles de azúcar en la sangre. Cuando se deja de ingerir este tipo de alimentos, el cuerpo va experimentando una baja en los niveles de glucosa, lo que produce que el cerebro envíe rápidamente una señal al cuerpo indicándole que requiere reponer la energía, ya que el azúcar es la mejor opción, nuestro cerebro comienza a pensar en los dulces.
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Las situaciones de estrés frecuentemente están relacionadas a la ansiedad por comer dulce. Esto ocurre porque el cerebro comienza a producir una hormona llamada cortisol, la cual se encarga de hacernos reaccionar cuando estamos en situaciones que él considera peligrosas. Si producimos constantemente cortisol y mantenemos nuestro cuerpo y mente en estado de alerta, gastamos más energía y esta necesita reponerse.
De igual manera, el aburrimiento extremo puede llevarnos a estados de ansiedad y desesperación, queriendo llenar ese vacío emocional momentáneo con azúcar, explica Psicología Online.
Nuestro sistema interno de recompensas se activa cuando ingerimos nuestros alimentos favoritos, siendo el azúcar uno de los más comunes, por su alto contenido de hidratos de carbono simples. Motivado al agradable sabor que produce en la boca, el cerebro libera dopamina, la llamada hormona de la felicidad. Sin embargo, el efecto placebo es muy corto, así que sentiremos nuevamente la ansiedad por comer dulce.
Las dietas estrictas pueden producir ansiedad por comer dulce, sobre todo si nuestro organismo estaba acostumbrado a comer cualquier cosa, es entonces cuando se abandonan las dietas, ya que tenemos la necesidad de ingerir algo que nos dé placer y aporte energía. Esto inevitablemente podría ocasionarse un círculo vicioso, por la culpa de comer azúcar, iniciando dietas mucho más estrictas y volviendo tarde o temprano a repetir la misma situación.
La ansiedad por comer dulce no tiene que ser un problema para toda la vida. Con buenos hábitos y una alimentación balanceada podrás ignorar este tipo de supuestas necesidades y dejarás de sentirte culpable.
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