En los últimos años hemos escuchado mucho sobre los ayunos intermitentes, incluso varias celebridades de Hollywood hablan de las ventajas que tiene esta dieta en la pérdida de peso. Se dice que puede mejorar el metabolismo, la salud intestinal y disminuir la inflamación. Pero esto no es todo, así como el ayuno intermitente tiene ventajas, también tiene desventajas que puede causar ciertos efectos psicológicos.
¿Cómo funcionan los ayunos intermitentes?
La dietista registrada y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, Yasi Ansari, comenta para Shape, que se trata de ciclos de “ayuno intermitente entre períodos de ayuno completo, ayuno modificado (a menudo muy bajo en calorías) y ‘festejo’ (días sin restricción de alimentos)”. De igual manera el ayuno intermitente también se define como períodos de restricción calórica y períodos de ingesta normal de calorías”.
Los ayunos intermitentes dictan un patrón de cuando se come en lugar de qué comer. Esta dieta puede ser modificada según el horario y las necesidades de cada persona. Aunque tiene algunos beneficios, también es cierto que el ayuno intermitente tiene desventajas sobre todo en nuestra mente.
Desventajas del ayuno intermitentes a nivel psicológico
Tener un estomago vacio puede ocasionar irritabilidad y enojo, alterando notablemente el ánimo. El mal humor está relacionado con la disminución de los niveles de azúcar en la sangre lo que aumenta los niveles del cortisol (la hormona del estrés). Esto ocurre cuando las personas tienen mucha hambre, según explica la psicólogo de la Clínica Cleveland y autora de Eating Mindfully and Hanger Management, Susan Albers-Bowling.
Las caídas y los picos de azúcar en la sangre ocasionan problemas especialmente para las personas diabéticas, al causar una falta de control de la glucosa en la sangre. “También hay una hormona llamada neuropéptido Y que indica a las personas que se vuelven más agresivas cuando tienen mucha hambre (volviendo a los tiempos de los hombres de las cavernas, cuando solo comías si estabas peleando o cenando)”, agrega Albers-Bowling.
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Afecta la ansiedad
El exceso de cortisol aumenta los niveles de estrés y por lo tanto influye en la ansiedad. “Existen alguna evidencia [de que] el comportamiento dietético restringido puede aumentar la hormona del estrés , el cortisol , lo que causa cambios en las preferencias alimentarias, antojos y humor”, agrega Ansari. Por otro parte los altos niveles de cortisol producen un mayor almacenamiento de grasa, lo que resulta contraproducente si buscas perder peso.
Te sientes más cansado
Aunque un estudio descubrió que el ayuno intermitente mejora el sueño nocturno, otras investigaciones sugieren que causan problemas para dormir. Ayunar puede disminuir el sueño REM (el sueño reparador súper profundo). Lo que ocurre por el aumento del cortisol e insulina durante el ayuno, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Nature and Science of Sleep.
Al tener un estomago vacio por tanto tiempo se dificulta el simple hecho de cerrar los ojos, explica Michal Hert, dietista en la ciudad de Nueva York. Todo esto afecta la salud mental, ya que el sueño es indispensable para relajar la mente.
“Los cambios en el comportamiento, la calidad y la duración del sueño pueden contribuir a la fatiga y afectar el estado de ánimo al día siguiente”, agrega Ansari.
Te convierte en alguien solitario
Cuando no comes por ciertos períodos, las situaciones sociales con amigos y familiares donde está involucrada la comida pueden verse afectada. Al mismo tiempo perder momentos de calidad con los más cercanos conduce a sentimientos de soledad y aislamiento social, lo que deriva en depresión, indica la Asociación Americana de Psicología.
Aumenta los riesgos de desarrollar trastornos alimenticios
Seguir las estrictas reglas de los ayunos intermitentes, puede convertirse en el desencadenantes de futuros trastornos alimentarios, en esto concuerdan Alber-Bowing y Hert.
“En su forma más básica, la anorexia se trata de crear restricciones y reglas rígidas sobre la alimentación, ignorar el hambre y la saciedad, y tener pensamientos preocupantes sobre la comida, todo lo cual tiene el potencial de perpetuarse y exacerbarse con el ayuno intermitente”.
Por otra parte es posible desarrollar una pérdida de control por la comida y “comer en exceso durante días no restringidos”, comenta Ansari. Un estudio encontró que las mujeres que disminuyen su ingesta calórica a 70% durante cuatro días y luego comieron con normalidad durante cuatro semanas tuvieron más pensamientos relacionados con la alimentación, mayor temor a la pérdida de control y tendencia a comer en exceso.
Si descubres que no puedes olvidarte de la comida o estas alimentándote de más, es probable que el ayuno intermitente te este afectando. Por lo tanto lo mejor es consultar con un especialista que te ayude a buscar otro método para bajar de peso.
Afecta la capacidad cognitiva
De acuerdo a estudios científicos los largos períodos de tiempo en ayuno pueden ocasionar que se tomen decisiones precipitadas a corto plazo. “Cuando ayunas, también cambias los neurotransmisores que son accesibles en el cerebro”, explica Albers-Bowling.
“Por lo tanto, restringir los alimentos que aumentan su nivel de serotonina también puede causar que haya menos cantidad de este químico para sentirse bien en su cerebro”, ocasionando decisiones impulsivas, incluyendo las relacionadas a la comida.
Sin embargo, otra investigación del International Journal of Research Studies in Biosciences, sugiere que el ayuno intermitente aumenta los niveles de ciertos neutransmisores, incluyendo serotonina, lo que fortalece el aprendizaje y la memoria. Aunque las evidencias son contradictorias, los especialistas continúan aprendiendo sobre los efectos de este tipo de dietas.
Cambia la percepción del hambre
Con los ayunos intermitentes se busca establecer cierto control mental en el hambre, lo que implica disminuir la hormona que la causa, llamada grelina. De acuerdo a ciertas investigaciones la hormona del hambre es la encargada de reducir el apetito ayudar en la pérdida de peso.
“Cuando tratas de ignorar las señales, es como si te pusieras las manos sobre las orejas y dijeras: ‘No te escucho, tal vez si espero que desaparezcan’. El hambre tiende a golpear aún más fuerte esperando que respondas. Eventualmente, las señales de hambre dejarán de golpear si no respondes. Esto daña tu relación con el hambre para siempre”, dice Albers-Bowling.
¿Sí o no a los ayunos intermitente?
Aunque tiene sus pros y sus contras el ayuno intermitente definitivamente no es para todos. Mucho más si la persona tiene algunos problemas de salud, antecedentes de trastornos alimenticios, diabetes, mujeres embarazadas o amamantando. Por lo tanto se recomienda siempre acudir a un nutricionista que se encargue de velar por las necesidades de cada persona según su caso.
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