Si tienes piel de gallina constantemente podrías tener un caso de queratosis pilaris, una condición de la piel que causa unos pequeños bultos en los poros que hacen que tu piel se sienta áspera y se asemeje a la piel de gallina cuando le quitan las plumas.
De acuerdo a la Mayo Clinic, es muy común en la parte superior de los brazos, los muslos, mejillas y en parte de los glúteos. Los pequeños bultos son indoloros, pero pueden considerarse un problema estético, pues la piel suele verse seca y deteriorada. Esta situación suele agravarse cuando el ambiente es más seco.
La queratosis pilaris es causada por una acumulación de queratina en la piel, pero se desconoce que es lo que genera a su vez que los poros se llenen de esa manera. Se cree que podría ser hereditaria.
Se ha dicho que la piel de gallina podría ser un síntoma de intolerancia al gluten, ya que muchos pacientes con esta condición tienen queratosis, pero no ha sido demostrado de forma científica.
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Cómo tratar la piel de gallina
Un dermatólogo puede hacer el diagnóstico al observarla, pero no hay una cura definitiva. Especialistas señalan que el tratamiento convencional está basado en hidratar la zona afectada.
Entre las sustancias utilizadas se encuentran urea, ácido láctico, ácido glicólico, ácido salicílico, tretinoína o vitamina D. La recomendación general es no cometer el error de exfoliar constantemente la piel, pues tiene el efecto contrario: los bultitos permanecerán allí y en cambio puedes irritar tu piel.
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Aún cuando tengas un tratamiento exitoso, los bultitos pueden volver a aparecer y es probable que la situación mejore solo con la edad, pues la queratosis es más común en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
Los especialistas advierten que la queratosis pilaris no pica, arde ni genera ninguna molestia, y que si tienes una erupción con esas características, es más probable que sea otra enfermedad de la piel, como eczema.
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