Potencia tu rutina de ‘skin care’ con esta dinámica de hielo para cerrar los poros y mejora tu apariencia facial despidiéndote de ese detalle que te hace sentir tan incómoda.
Presume una piel luminosa, suave y pareja usando un remedio casero y tan fácil de conseguir como el hielo. No permitas que tu cara posea una apariencia rústica y menos cuando tienes la solución tan cerca como ir a sacar un poco de hielo del refrigerador.
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¿Cómo puedes cuidar mejor tu piel?
Lava bien tu rostro
Utiliza un producto exclusivo para la zona de la cara, puedes seleccionar el de tu preferencia con presentación en crema, gel, espuma o tónico. Lo importante es que dicho producto no tenga jabón para poder proteger el ph de la piel y no alterar la secreción de sebo.
Hidrata y humecta la piel
Es fundamental que tanto en el día como en la noche mantengas la piel hidratada. Busca una crema que hidrate y humecte bastante o que su efecto actúe durante horas. Ten presente que cuando no humectas la piel, ella va a intentar hacerlo por sí sola y esto puede provocar más sebo y obstrucción. Este paso es vital también para poder cerrar los poros de manera exitosa.
Recuerda la exfoliación
¿En tu rutina tienes un proceso de exfoliación? Este proceso puedes hacerlos dos veces por semana, siempre dependiendo del tipo de producto que uses o las necesidades de tu piel. En ocasiones cada 15 días es suficiente. Con la exfoliación puedes eliminar las impurezas y disminuir la dilatación de los poros, es decir, con este hábito se pueden cerrar.
Aprende a usar hielo para cerrar los poros
Después de limpiar el rostro muy bien y procurar que no haya impurezas acumuladas, agarra una toalla limpia que solo uses para la cara y envuelve el hielo. Seguidamente, realiza toques suaves y presiona la toalla para que el hielo tenga ‘contacto’ con el rostro, eso sí, no dejes la toalla por mucho tiempo. El objetivo es que el frío del hielo ayude a cerrar los poros de manera progresiva.
