Como parte de un gesto de solidaridad y resistencia frente a las pérdidas económicas generadas por el coronavirus, una cafetería llamada Delirante, ubicada en Bariloche, Argentina, ha impuesto restricciones a los políticos. La entrada al establecimiento está absoluta y completamente denegada para los altos funcionarios que se nieguen a reducir sus salarios y ayudar a los argentinos que hoy pasan necesidades durante la pandemia.
“Restricción a la atención de políticos y funcionarios jerárquicos, en solidaridad con las pérdidas económicas generadas por el Coronavirus”. Con estas palabras, el Café Delirante aclara en la entrada de su establecimiento que los políticos de Argentina no serán bienvenidos hasta nueva orden.
De acuerdo con su dueño, José Sojo, la medida busca expresar su inconformidad con la manera en que la clase política ha afrontado “sin ningún costo” la crisis generada por el aislamiento durante el coronavirus en Argentina.
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“Si la mayoría de la sociedad está sufriendo esta crisis, no puede ser que los políticos queden exentos. (…) Es decir, los políticos tienen que pagar parte de este costo, no pueden no compartirlo. Solo le dicen a todo el mundo ‘quédate en casa’, y es obvio que si uno tuviera la posibilidad de hacer eso, lo haría”, le dijo Sojo a medios locales.
En ese sentido, para José, el prohibir la entrada de los políticos a su Café en Argentina no es más que un llamado a la solidaridad para que los altos funcionarios ayuden y miren hacia la población que ha resultado afectada con la reducción de sus ingresos en medio de la pandemia. Por lo que, como parte de la medida, solo podrán ingresar aquellos funcionarios que reduzcan sus salarios.
“Habrá excepción en el ingreso para aquellos políticos que decidan reducir sus salarios un 25%, al igual que lo sucedido con los trabajadores gastronómicos de Argentina”, señala el cartel del Café Delirante.
La decisión de restringir la entrada de los políticos de Argentina a Café Delirante, tomada por el empresario quien actualmente tiene dos locales abiertos en Bariloche y uno en el Bolsón, se da luego de que el Ministerio de Salud de la Provincia de Río Negro anunciara nuevas restricciones para la ciudad, tras registrarse una de las peores semanas de contagios desde el comienzo de la pandemia.
Según el diario Río Negro, hubo unos 204 infectados en la semana, con un récord de 68 personas testeadas y con resultado positivo en 24 horas.
“Yo no soy antipolítico ni anticuarentena. No estoy contra de las restricciones, pero entiendo que si vamos a salir todos de esto, vamos a compartir todos el costo. Es un tema de legitimidad”, dijo el dueño de Café Delirante a medios locales.
Entre las nuevas restricciones del gobierno de Argentina está que a partir del 4 hasta el 16 de agosto, los bares y restaurantes podrán abrir en Bariloche desde las 8 de la mañana, hasta las 18. Desde las 19 no podrá circular gente por la calle.
“Abrir a las 8 de la mañana es ridículo, porque a esa hora nadie anda por la ciudad”, dijo Sojo a medios.
“Hubo muchos casos en Bariloche y comparto que no se pueden tener más muertos y que puede colapsar el sistema de salud. Lo que no comparto es que tenemos que soportarlo exclusivamente desde el sector privado, mientras que el sector de los políticos o aquellos que trabajan para el Estado de Argentina no comparten el costo económico de sus propias decisiones”, explicó Sojo.
Por ahora, Café Delirante mantendrá la restricción de ingreso al establecimiento para “políticos y funcionarios nacionales, provinciales y municipales de todos los partidos”, la cual regirá hasta el próximo 16 de agosto, fecha en la que también finalizarían las nuevas restricciones por coronavirus en la ciudad.
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