A pocos días de que el presidente Donald Trump deje la Casa Blanca, los lobos grises podrían quedar en peligro luego de que el Gobierno levantara en octubre el estatus de especie protegida que estaba vigente desde hace más de 50 años en el país.
Esta especie es considerada los reyes del trabajo en equipo ya que son conocidos por defender sus hogares y sus familias por encima de todo, por lo que muchos creen que son uno de los animales más parecidos en su comportamiento social a los humanos.
“Los lobos en este momento solamente se han recuperado en alrededor del 10 por ciento de su rango histórico”, explicó Maggie Howell, directora ejecutiva del Centro de conservación del lobo en el estado de Nueva York, (este).
De acuerdo con la experta, la relajación de las salvaguardias en algunos estados ha dado paso a una rápida expansión de la caza y la captura en el pasado y por eso la eliminación de esta condición amenaza a los lobos grises.
Los conservacionistas temen por el futuro de los aproximadamente 6.000 lobos grises que habitan en 48 estados cuando la nueva regla del gobierno entre en vigor en enero.
Precisamente, Howell tiene un vínculo muy especial con estos animales y cada vez que deja escapar un “¡Awooooooo!” de su boca, tres lobos adultos (Alawa, Zephyr y Nikai) responden al unísono, sus aullidos escalofriantes parecen multiplicarse en el aire.
Ese trío son los “embajadores” del Centro, vitales para educar al público, que puede seguir sus pasos las 24 horas del día, los 7 días de la semana en cámaras web y en las redes sociales, donde tienen cientos de miles de fanáticos.
El centro de 13 hectáreas también alberga alrededor de 40 de sus primos en peligro crítico de extinción: el lobo gris mexicano, que tiene apenas 200 en el hábitat natural, y el lobo rojo más pequeño, del cual solo ocho animales marcados permanecen fuera de cautiverio.
Campañas de erradicación
Los expertos explicaron que una decisión de exclusión de la lista de especies protegidas es una señal bienvenida de una reintroducción exitosa. Sin embargo, los biólogos independientes comisionados por el gobierno cuestionaron la justificación científica y los conservacionistas criticaron la medida como un regalo devastador para los cazadores y ganaderos.
Minnesota, Michigan y Wisconsin podrían reanudar rápidamente la caza, que estaba prohibida desde 2014, y cientos de lobos grises podrían morir al año debido a ello, estiman los grupos defensores de la vida silvestre.
Un cuarto de millón de lobos vagaban una vez de costa a costa antes de que los colonos europeos se embarcaran en campañas de erradicación que perduraron hasta el siglo XX.
“Una de las primeras cosas que los peregrinos hicieron en la colonia de Massachusetts fue establecer una bonificación, por la que daban dinero en función del número de lobos que se mataran”, explicó Rick McIntyre, un veterano guardabosques y autor de libros sobre el icónico depredador.
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Por el contrario, los nativos del territorio estadounidense vivieron junto a los lobos en armonía durante miles de años, reverenciando su mitología.
Además, también reconocieron su importancia ecológica más amplia, como se muestra en el proverbio de los nativos Keewatin: “El caribú alimenta al lobo, pero es el lobo quien mantiene fuerte al caribú”.
Las investigaciones han confirmado la importancia del lobo gris en la reducción de las manadas de alces que pastan en exceso, lo que a su vez evita la destrucción del hábitat.
Los lobos incluso manejan la creación de humedales manteniendo a los castores bajo control, mostró un estudio publicado recientemente.
McIntyre ha pasado décadas documentando el comportamiento de los lobos, particularmente en el Parque Nacional de Yellowstone, en donde fueron eliminados en la década de 1920 antes de ser reintroducidos en 1995.
El científicos descubrió que las manadas de lobos grises comienzan a formarse cuando un macho se dispersa de su familia biológica para atacar por su cuenta.
Las camadas son típicamente de cuatro o cinco cachorros, y cuando se convierten en “crías de un año”, comienzan un aprendizaje, perfeccionando sus habilidades de caza al observar a sus mayores mientras incorporan cómo cuidar de las crías, muy similar a los adolescentes humanos que cuidan niños.
Los lobos comienzan sus días con cálidas muestras de afecto con los otros miembros de su manada, unen lazos través de episodios prolongados de juego y tienen tipos de personalidad altamente individualizados.
“Algunos son misericordiosos con las manadas rivales mientras que otros son despiadados; algunos tienen espíritus errantes mientras que otros son hogareños; algunos son serios y otros nunca pierden la tontería de su infancia”, explicó McIntyre.
Sin embargo, los expertos han identificado que la cooperación dentro de la especie es clave para la supervivencia, ya que sus presas, como los bisontes, suelen ser mucho más grandes que ellos.
En sus estudios McIntyre y sus colegas hallaron que, contrariamente a las creencias, es la hembra alfa la que decide dónde vive la manada, dónde viaja y qué caza.
Programas de cría
Mientras los lobos grises han recuperado algo de terreno, los grises y rojos mexicanos -ambos extinguidos fuera del cautiverio antes de ser reintroducidos en la naturaleza-, están en una posición mucho más frágil.
El Centro de conservación del lobo participa en un programa federal de cría que tiene como objetivo recuperar la diversidad genética perdida y, finalmente reintroducir a algunos lobatos en entornos salvajes.
Hace unas semanas, el centro envió a dos jóvenes ejemplares rojos para que fueran emparejados con posibles compañeros que se encuentran en Tennessee y Minnesota.
“Siempre es triste para nosotros despedirnos de ellos. Pero saber que van a reproducirse, tiene que ser emocionante para ellos. Al crecer, y dejar a mamá y papá, pueden convertirse en los jefes. Así que les deseamos lo mejor”, concluyó Howell.
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