Revelan que dos especies de elefante africano han entrado en peligro de extinción

La destrucción de los hábitats y el aumento de la cacería furtiva ha reducido drásticamente la población de dos especies de elefantes africanos hasta el punto de llevarlos al peligro de extinción.

Así lo confirmó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) al revelar que el elefante de bosque africano (Loxodonta cyclotis) se encuentra ahora ‘En peligro crítico’ y el elefante de sabana africano (Loxodonta africana) se encuentra ‘En peligro’ en la Lista Roja de especies amenazadas en el planeta.

El director de la UICN, Bruno Oberle, explicó que los elefantes africanos desempeñan un papel clave en los ecosistemas y por eso es fundamental poner fin a la caza furtiva y garantizar que se conserven suficientes hábitats adecuados tanto para los elefantes de bosque como para los de sabana.

“En los últimos años, varios países africanos ya van mostrando el camino, demostrando que podemos revertir la tendencia de disminución de los elefantes. Debemos trabajar juntos para garantizar que se pueda seguir su ejemplo”, indicó Oberle.

En ese sentido, el informe reseña que en los últimos 50 años la población de elefantes de sabana africanos ha disminuido en un 60 %, mientras que la del elefante de bosque ha registrado una reducción de hasta un 86 % en las últimas tres décadas.

Los científicos han logrado establecer que los elefantes africanos de bosque habitan en las selvas tropicales de África Central y en África Occidental y no coinciden con la otra especie, que se suele encontrar en los pastizales y desiertos del África Subsahariana.

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De esta forma, la UICN hace ahora una distinción entre las dos especies de elefante que se encuentran en el continente para hacer una diferenciación de su estado de peligro de extinción en África.

Hace 50 años, alrededor de 1,5 millones de elefantes recorrían toda África pero el censo más reciente de grandes mamíferos en 2016 se redujo a 415.000, evidenciando la grave disminución de las poblaciones que vienen registrando estas especies.

El elefante de bosque ocupa ahora un cuarto de su territorio histórico y sus poblaciones más grandes se pueden encontrar en Gabón y en la República Democrática del Congo, gracias a los esfuerzos de conservación, que han incluido medidas contra la caza furtiva y la reconversión de sus hábitats.

Por su parte, el Área de Conservación Transfronteriza de Kavango-Zambezi (área de convergencia de cinco países en el sur de África) alberga la mayor subpoblación de elefantes de sabana en el continente.

“Los elefantes no van a desaparecer de África de la noche a la mañana, pero esta clasificación debe servir de advertencia de que si no cambiamos el curso de las cosas, tenemos buenas posibilidades de ver estos animales afectados por la extinción”, explicó Ouma.

Los expertos estiman, sobre la base del estudio del genoma, que es mejor tratar por separado las dos especies de elefante africano (hay una tercera en Asia), según la UICN.

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Precisamente, la caída del número de ejemplares de ambas especies se aceleró desde 2008 cuando se intensificó la caza furtiva de colmillos de marfil, alcanzando su punto culminante en 2011. Y aunque el fenómeno perdió intensidad, los elefantes ya están en peligro de extinción.

De acuerdo con el experto, lo más preocupante es la destrucción del hábitat de los elefantes para aumentar la superficie de las tierras agrícolas o la explotación forestal

“Si no planificamos correctamente nuestra explotación de la tierra, habrá formas indirectas de muerte incluso si logramos detener la caza furtiva y otros sacrificios ilegales”, indicó Ouma.

El informe también resalta los éxitos en materia de conservación de los paquidermos en zonas protegidas que han sido gestionadas en países como Gabón y el Congo.

En el sur de África, el número de elefantes de sabana también es estable e incluso está creciendo en la zona de conservación transfronteriza de Kavango Zambezi.

La pandemia de coronavirus también ha tenido unas repercusiones en los esfuerzos de conservación de la naturaleza al privar a los países de los ingresos del turismo que se utilizaban para financiar esos esfuerzos.

Sin embargo, la caída de la actividad humana permitió a los elefantes “recolonizar” ciertas zonas de las que la actividad humana los había expulsado.

La evaluadora principal del grupo de elefantes africanos y miembro del grupo de especialistas en elefantes africanos de la UICN, Kathleen Gobush, explicó que los resultados muestran la dramática magnitud del declive de estos animales ecológicamente importantes para los ecosistemas en África.

“Con la demanda persistente de marfil y la creciente presión humana sobre las tierras silvestres de África, la preocupación por los elefantes africanos es alta, y la necesidad de conservar creativamente y manejar sabiamente estos animales y sus hábitats es más aguda que nunca”, resaltó Gobush.

Finalmente, la denominada “Lista Roja” de la UICN incluye 134.425 especies de las que más de 37.480 están en peligro de extinción en el planeta.

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