Un equipo de biólogos del Parque Nacional Galápagos logró reintroducir a 461 iguanas en la isla Santiago, procedentes de otra del archipiélago ecuatoriano, con el objetivo de devolver a estos reptiles a un hábitat del que se habían extinguido en las Islas Galápagos.
El proyecto de restauración ecológica de las iguanas galapagueñas, pertenecientes a la especie Conolophus subcristatus, se inició aproximadamente hace 20 años en la isla Santiago y busca recuperar a esta especie y devolverla nuevamente a estos ecosistemas.
Sin embargo, para cumplir con el objetivo los expertos tuvieron que implementar un plan para la erradicación de especies depredadoras como cerdos, burros y cabras ferales, que se alimentan de todo tipo de vegetación, lo cual altera el hábitat de los animales endémicos de las Islas Galápagos.
En ese sentido, un primer grupo de iguanas fue insertado en enero de 2019 en la isla y su adaptación ya ha beneficiado al ecosistema donde también viven pinzones de Darwin, una colonia de focas, lobos marinos y flamencos, tortugas, entre otras especies nativas.
Las iguanas terrestres que en esta ocasión se liberaron en Santiago fueron capturadas en la isla Seymour Norte y los expertos creen que se pueden adaptar fácilmente en su nuevo hábitat.
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El director del Parque Nacional Galápagos, Danny Rueda, resaltó que las iguanas son herbívoras y al comer hojas de cactus, frutos, espinas y flores, cumplen una función fundamental en la dispersión de las semillas dentro del ecosistema y logran restaurar la integridad ecológica de la isla.
“El objetivo de la reintroducción de las iguanas a la isla Santiago es devolver este reptil que fue extinto hace más de 200 años a sus ecosistemas naturales”, explicó Rueda.
Por su parte, el Ministerio del Ambiente y Agua de Ecuador indicó que en el operativo intervinieron guardaparques ecológicos, encargados de atrapar a los reptiles, característicos porque son amarillentos en sus zonas costales.
Uno de los especialistas, Jean Pierre Cadena, aseguró que se trata de una especie delicada y difícil de manipular y por eso uno de los mayores retos fue mantener su estado de ánimo a fin de evitar que la especie se estresara.
“Tratamos de que la especie no se sienta amenazada, con las medidas de bioseguridad, para que el animal no tenga tanto estrés al momento de la captura”, indicó Cadena.
Antes de su liberación en la isla Santiago, las 461 iguanas terrestres pasaron por un proceso de cuarentena y registro de datos morfométricos que incluyó una revisión física, desparasitación y marcación con un chip de identificación.
De este modo, estos reptiles que llegan a medir hasta un metro de largo serán monitoreados por los guardaparques en la zona de liberación y se podrá evaluar su adaptación a su nuevo hábitat.
Los técnicos del Parque Nacional esperan que su establecimiento sea exitoso, luego de constatar a finales de 2020 durante labores de seguimiento a los primeros especímenes liberados.
Precisamente, en las revisiones se pudo establecer la presencia de ejemplares jóvenes, madrigueras y posibles zonas de anidación, en donde ponen entre uno y veinte huevos, además de haber verificado la disponibilidad de su alimento.
Las medidas de manejo implementadas en estas islas, especialmente relacionadas con el control y eliminación de especies introducidas han permitido que la población de iguanas terrestres en estos ecosistemas insulares únicos se mantenga saludable.
Las islas Galápagos, catalogadas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco por conformar un ecosistema terrestre y marino único en el mundo, están situadas a unos 1.000 kilómetros de las costas continentales ecuatorianas.
El archipiélago, que sirvió de laboratorio natural al científico inglés Charles Darwin para su teoría sobre la evolución de las especies, toma el nombre de las gigantescas tortugas que habitan en este importante ecosistema.
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