Una organización conservacionista reveló que siete demonios de Tasmania nacieron por primera vez en Australia continental luego de que desaparecieran hace 3.000 años de este territorio.
Los expertos explicaron que esta es la primera vez que se tiene el registro de una nacimiento en estado salvaje de esta especie en peligro extinción, luego de que se realizara un programa de reintroducción de ejemplares en esta parte del país oceánico.
La organización Aussie Ark y otros grupos conservacionistas revelaron que estos mamíferos carnívoros nacieron en una reserva salvaje de 400 hectáreas en Barrington Tops, al norte de Sídney.
Esta noticia ha generado grandes expectativas sobre la conservación de esta especie en su estado salvaje en Australia continental, ya que en 2020 se realizó la liberación de 26 ejemplares adultos en este extenso santuario natural que esta protegido con vallas.
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Los conservacionistas han calificado este proyecto como “histórico” y ha sido comparado con el exitoso retorno de los lobos al Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos en la década de 1990.
“Una vez que (los demonios) estaban de regreso en la naturaleza, todo dependía de ellos, lo que era angustiante. Estuvimos observándolos desde lejos hasta que llegó el momento de actuar para confirmar el nacimiento de nuestros primeros cachorros salvajes. ¡Y qué gran momento fue!”, indicó Tim Faulkner, presidente de Aussie Ark.
De acuerdo con el experto, esta noticia se pudo confirmar luego de que los guardabosques examinaran las bolsas de las hembras y encontraron a los joeys en “perfecto estado de salud”.
Los demonios de Tasmania tienen un pelaje negro o marrón y pueden llegar a pesar hasta 8 kilógramos. Estos marsupiales nocturnos se alimentan de otros animales de su entorno o de cadáveres y por lo general no son peligrosos para los humanos.
Los científicos cree que esta especie fue exterminada de Australia continental hace unos 3.000 años por cuenta de las manadas de dingos y perros salvajes.
Esta particular especie también es conocida por su fuerte rugido, sus poderosas mandíbulas y su ferocidad cuando se enfrentan a adversarios, ya sea por comida o parejas.
Además, los científicos han identificado que vienen siendo afectados por un tumor facial transmisible identificado desde 1996 y que termina en muerte casi en el 100% de los casos, lo cual ha contribuido a una gran disminución de su población.
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Hasta la fecha, la enfermedad ha acabado con el 85% de su población y ha llevado a esta especie a estar cada vez más cerca de la extinción, ya que este tipo de cáncer contagioso se transmite a través de las mordeduras, muy agresivos y con una fuerte mandíbula, cuando se aparejan o combaten.
De acuerdo con los expertos, estos animales mueren de hambre cuando el tumor llega a la boca y les impide comer y por eso se estima que actualmente hay 25.000 ejemplares en la naturaleza, frente a los 150.000 que había antes de la aparición de la enfermedad en la isla de Tasmania.
En ese sentido, la organización Aussie Ark viene desarrollando un programa que busca crear una “población reservada” ante una enfermedad hasta ahora incurable, así como restaurar el entorno natural autóctono para los demonios de Tasmania.
“Los demonios son una de las únicas soluciones naturales para controlar poblaciones de zorros y gatos, responsables de la gran mayoría de las 40 extinciones de especies de mamíferos en Australia. Lo que está en juego es más que el demonio de Tasmania”, explicó Faulkner.
Finalmente, la organización espera seguir liberando más demonios de Tasmania en la reserva durante los próximos años junto con otras especies, como roedores o canguros de las rocas, con el objetivo de introducirlos en áreas sin vallas donde deberán enfrentar un mayor número de amenazas y peligros.
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