Un informe mundial evidenció que las poblaciones de peces migratorios de agua dulce se han reducido en un 76 % en el planeta en los últimos 50 años, debido a la fragmentación de sus hábitats, la sobrepesca, el cambio climático y la contaminación.
De acuerdo con los expertos, especies como la trucha, el salmón o el bagre del Amazonas han venido disminuyendo, lo cual representa un grave problema para la biodiversidad de los ecosistemas y para la alimentación y sustento de millones de personas que viven de la pesca en el planeta.
El continente que más se ha visto afectado con la reducción ha sido Europa con un 93 %, seguido de América Latina y el Caribe (84%), mientras que América del Norte (28%) registra una de las menores tasas en el mundo.
La Fundación Mundial de Migración de Peces lideró el estudio en conjunto con la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL) en donde advirtieron que estas graves cifras pueden amenazar los medios de vida de millones de personas en el planeta.
“Las estadísticas son impactantes, pero sabemos que las poblaciones de peces migratorios pueden recuperarse. Necesitamos actuar porque es el momento de valorar los peces migratorios y los ríos que los sustentan”, destacó Herman Wanningen, fundador de la fundación.
La importancia de estas especies
El informe resalta que estas especies de agua dulce son fundamentales para la seguridad alimentaria y desempeñan un importante papel en el funcionamiento de los ríos, lagos y humedales.
Los expertos explicaron que la degradación y la pérdida del hábitat, como la construcción de presas, es la principal causa del declive de los peces migratorios de agua dulce. Además, la pesca insostenible, las capturas accidentales y los efectos del cambio climático han incidido en esta situación.
“Los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques. Además, incide en que las presas y otras barreras fluviales interrumpen los ciclos de vida de los peces migratorios, siendo incapaces de llegar a sus zonas de apareamiento o de alimentación”, reseña el documento.
Por su parte, Jeffrey Parrish de The Nature Conservancy, resaltó que los ríos son el “tejido conectivo de nuestro planeta y los peces migratorios son los indicadores de esta conectividad”, por lo que los gobiernos deben implementar con celeridad la protección y la restauración de sus hábitats.
Los autores del informe también resaltaron que todavía hay una oportunidad de cambiar la tendencia implementando soluciones prácticas para la protección de estas especies y reorientando los usos fluviales con medidas de conservación.
El director de la Fundación Mundial de Migración de Peces, Arjan Berkhuysen, resaltó que estas cifras catastróficas de pérdida de la población de peces migratorias representan un llamado para que no sigamos destruyendo los ríos.
“Esto tendrá enormes consecuencias para las personas y la naturaleza en todo el mundo y por eso debemos actuar ahora antes de que estas especies clave se pierdan definitivamente”, manifestó Berkhuysen.
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