Un equipo de veterinarios de una organización de conservación de fauna en Kenia reveló que han instalado un dispositivo de rastreo por GPS a la última jirafa blanca o albina que queda en el mundo, con el objetivo de protegerla de los cazadores furtivos.
La reserva Ishaqbini Hirola explicó que se trata de un macho blanco que ahora pasta en la sabana en solitario luego de que unos cazadores mataran a una hembra y su cría, que tenían la misma condición, a mediados del mes de marzo de 2020.
De acuerdo con los expertos, este particular color blanco está relacionado con un rasgo genético raro conocido como leucismo y que afecta la pigmentación de su piel, el cual se destaca en medio de la árida sabana africana.
En ese sentido, el GPS fue instalado en los cuernos de esta jirafa blanca y emitirá una alerta cada hora para avisar a los guardabosques su posición y controlar sus movimientos para protegerla de los cazadores.
Este proceso fue liderado por Ishaqbini Community Conservancy al Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS) y con el apoyo de Northern Rangelands Trust y Save Giraffes Now.
“Estamos agradecidos por la tremenda ayuda para promover los esfuerzos de la comunidad para proteger las especies de vida silvestre. La zona de pastoreo de la jirafa ha sido bendecida con buenas lluvias en el pasado reciente y la abundante vegetación es un buen augurio para el futuro del macho blanco ”, indicó Ahmed Noor, Gerente de Ishaqbini Hirola Community Conservancy.
Precisamente, Ishaqibini fue establecida como una organización de conservación de las comunidades de Hara, Kotile y Korisa para proteger a las especies de fauna del ecosistema de Ijara. Además, esta ONG ha logrado emplear a cerca de 60 personas en medio de las labores de conservación.
“Nuestra misión es trabajar con las comunidades, permitirles ser resilientes, asegurar sus medios de vida y proteger la vida silvestre única como la única jirafa blanca conocida”, dice Antony Wandera, oficial senior de Monitoreo de Vida Silvestre de Northern Rangelands Trust.
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De acuerdo con los expertos, el ecosistema de Ijara también alberga al antílope hirola que está en peligro crítico de extinción con una población silvestre estimada en 450 individuos.
Este antílope de anteojos es originario de los bosques áridos y las sabanas de la frontera entre Kenia y Somalia, y ahora solo se encuentra en zonas aisladas de Kenia.
En 2012, la comunidad estableció un Santuario de Hirola a prueba de depredadores con una población fundadora de 48 antílopes de hirolas los cuales han prosperado y ahora se estima que hay entre 118 y 130 ejemplares.
Ishaqibini Conservancy también alberga una variedad de otras especies, incluida la jirafa reticulada en peligro de extinción, que se enfrenta a un declive en toda África, así como el jabalí, gerenuk, avestruz e incluso una manada única de cebras que tienen una gran parte de su cuerpo sin melena.
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