Las autoridades neozelandesas informaron sobre el fallecimiento de 19 ballenas piloto que estaban varadas en la costas de Nueva Zelanda.
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Decenas de voluntarios y rescatistas intentaron regresar a varias ballenas al mar tras quedar atrapadas durante el fin de semana, aunque al menos una docena pudo ser liberada, las demás no contaron con la misma suerte.
“A pesar de que la marea alta nos permitió reflotar a las ballenas varadas (…) cerca de una docena han muerto al quedar inmovilizadas cerca de un punto rocoso”, dijo el sábado el ministerio de Conservación de Nueva Zelanda en un comunicado.
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Para el domingo, la organización Project Jinah informó que otras cinco ballenas perdieron la vida, siendo así 19 los especímenes que no lograron regresar a su hábitat.
Tras la ocurrido, las autoridades se encuentran vigilando las costas porque es posible que más ballenas se acerquen a la orilla del mar y puedan quedar atrapadas. “No es raro que las ballenas piloto se encallen varias veces durante varios días”, indicaron las autoridades neozelandesas.
Las ballenas piloto, que pueden llegar a medir entre seis o siete metros y pesar 2.5 toneladas, tienen una fuerte vinculación familiar, por lo que muchas mueren estando varadas debido al estrés que les provoca estar separadas del grupo, mientras que otras lo hacen por el cansancio o la falta de oxígeno al no poder moverse.
La muerte de estos cetáceos se produjo tan solo un mes después que otras 380 ballenas piloto murieran en las islas de Tasmania, Australia.
Ese incidente de ballenas varadas fue el más grande registrado en Australia, luego de un evento similar en 1996 que dejó como saldo 320 ballenas piloto muertas al occidente de ese país.