Durante el 2021, han sido contabilizadas alrededor de 131 ballenas jorobadas que han encallado en las playas de Brasil, un lamentable récord tras los 122 cetáceos que fallecieron cuatro años atrás, alertó la ONG Proyecto Ballena Yubarte.
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La última ballena fallecida fue encontrada sin vida en las playas de un lujoso barrio residencial de Río de Janeiro, donde los vecinos, que madrugaron a hacer ejercicio en Sao Conrado; se toparon con la ballena encallada en la arena.
En cuestión de minutos, el gigantesco cetáceo, de unos siete metros de largo, estaba rodeado de curiosos de todas las edades, quienes lamentaron el deceso del animal.
Lamentablemente, gran parte de estos animales mueren en el mar y terminan siendo llevados por la corriente hasta los bancos de arena.
Mientras que otros llegan aún vivos a las playas donde, en algunas ocasiones; logran ser rescatados por los seres humanos.
Las muertes de ballenas jorobadas han aumentado en 2021
El Proyecto Ballena Yubarte ha explicado que hay un aumento de casos: esta tendencia se da porque es una población que está creciendo y las hace susceptibles a distintas actividades humanas.
“Hay ballenas que mueren por causas naturales, pero también por actividades humanas, como ser atropelladas por un navío, que terminan atrapadas en una red de pesca o que consuman basura en los mares”, aclaró Milton Marcondes, coordinador de investigaciones del Proyecto.
Pero, los estudios recientes indican que una de las causas del fallecimiento de ballenas es la posible escasez de Krill, un pequeño crustáceo, parecido al camarón.
Este animal es fuente de alimentación de las ballenas en la Antártida, antes de emprender su migración anual hacia aguas más cálidas para reproducirse.
Durante los años 2010, 2017 y 2018, la mortalidad de ballenas se ha “salido del patrón”; pero también se ha registrado una disminución de krill.
¿Por qué están falleciendo las ballenas jorobadas?
A los expertos les llama la atención que parte de los cetáceos encontrados sin vida se caracterizaban por su delgadez y además eran jóvenes, entre uno y cuatro años; cuando no están en edad de reproducción.
Para el caso de los decesos producidos por actividades humanas; las autoridades trabajan para aumentar los controles sobre la pesca ilegal.
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“Las mudanzas climáticas, que afectan la falta de alimento, son más complejas. Para eso no tenemos una solución, por lo menos a corto plazo”; comentó el experto.
