Un nuevo estudio pudo evidenciar que dos especies de babosas marinas son capaces de regenerar un cuerpo completo, con corazón y órganos internos, tras una amputación; sumándose a la lista de unos pocos animales que tienen esta sorprendente capacidad.
La investigación fue realizada por la estudiante de doctorado Sayaka Mitoh y el profesor de Biología Yoichi Yusa, de la Universidad Femenina de Nara (Japón), en donde lograron evidenciar que estas babosas usan la capacidad fotosintética de los cloroplastos de las algas con las que se alimentan para sobrevivir mientras dura la regeneración.
Precisamente, Mitoh hizo este hallazgo por casualidad ya que venía criando babosas en el laboratorio de Yoichi Yusa a partir de huevos para estudiar sus rasgos vitales, pero un día notó que unos de los ejemplares se estaba desplazando sin su cuerpo.
“Nos sorprendió ver que la cabeza se movía sin el cuerpo. Pensamos que moriría pronto sin el corazón ni otros órganos importantes, pero nos volvió a sorprender al comprobar que regeneraba todo el cuerpo”, explicó Mitoh.
Los investigadores observaron cómo la cabeza -separada del corazón y del resto del cuerpo- se movía por sí sola inmediatamente después de la separación pero, unos días después, la herida de la parte posterior de la cabeza se cerró.
En ese sentido, las científicas descubrieron que las cabezas de las babosas relativamente jóvenes comenzaron a alimentarse de algas e iniciaron la regeneración del corazón en menos de una semana y la regeneración de su cuerpo por completo en unas tres semanas.
Aunque los investigadores no están seguros de cómo las babosas de mar consiguen sobrevivir sin el organismo, Mitoh cree que debe haber células similares a las del tronco en el extremo del cuello que son capaces de regenerar el cuerpo.
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Los investigadores tampoco tienen claro por qué lo hacen pero creen que una posibilidad podría ser que este mecanismo les ayuda a eliminar los parásitos internos que inhiben su reproducción. Además, tampoco se sabe qué señal les impulsa a desprenderse del resto del organismo.
“Las babosas de mar utilizadas en el estudio son únicas porque incorporan cloroplastos de las algas que comen a su propio cuerpo, lo que se denomina cleptoplastia, una habilidad que les permite alimentarse mediante la fotosíntesis”, explicaron.
Finalmente, los expertos creen que la cleptoplastia podría ayudarles a las babosas marinas sobrevivir el tiempo suficiente para regenerar un cuerpo.
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