Un grupo de científicos pudo establecer que una especie de cocodrilo africano habría cruzado el océano Atlántico hace unos 5 millones de años y sería antecesora de las actuales especies que se encuentran en América.
Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de analizar un fósil de una especie de cocodrilo africano extinta que fue encontrado en Libia en 1939 y fue conservado en el museo de Ciencias de la Tierra de la Universidad Sapienza de Roma.
Lo que llamó la atención de los científicos es que el cráneo de un cocodrilo de la especie “C. checchiai” podría tener un vínculo con las especies que se encuentran en América, a pesar de tener más de 7 millones de años de antigüedad.
En ese sentido, los expertos indicaron que la especie de alligatores estadounidenses podrían ser descendientes de una sola hembra de esta antigua especie africana que habría sido arrastrada por las corrientes oceánicas hasta América.
Precisamente, los análisis del escáner y la reconstrucción de las imágenes en 3D mostraron que este cráneo del cocodrilo africano tenía una protuberancia sobre su mandíbula.
“Es algo que no se encuentra en ninguna especie de cocodrilo de otra parte de África, pero sí en cuatro especies que habitan actualmente en América, y en una extinta que habitaba el territorio de la actual Venezuela”, explicaron.
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En ese sentido, se pudo establecer que hay una evolución compartida entre “C. checchiai” y estos cocodrilos americanos, por lo que se refuerza la hipótesis de que esta especie africana habría cruzado el océano Atlántico para llegar a América.
“Los análisis morfológicos y moleculares complementarios apoyaron esta tesis al concluir que este antepasado africano se podía encontrar en la base del árbol filogénico (mutaciones compartidas) de cocodrilos, y podría ser el eslabón perdido entre los linajes africanos y estadounidenses”, explicaron.
¿Cómo llegaron a América?
Los científicos sugieren que estos grandes reptiles podrían haber cruzado el océano Atlántico y emigrado de África a América, para luego dispersarse en el continente durante la era del Mioceno hace 11 o 5 millones de años.
“El Atlántico ya representaba una gigantesca barrera en cuanto a la paleobiogeografía (distribución geográfica de organismos)”, explicó Massimo Delfino, autor principal del estudio.
De acuerdo con el director del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Turín, la existencia de las corrientes oceánicas, como la ecuatorial del norte, habría facilitado la dispersión de los cocodrilos desde África a América.
El estudio también reseña que el cruce del océano puede ser sorprendente para la época, pero hay unas especies en la actualidad que pueden tolerar la alta salinidad del agua del mar y hacer movimientos en mar abierto aprovechando las corrientes superficiales.
Precisamente, se pudo identificar que la especie extinta “C. checchiai” también es cercana a una especie actual de Australasia que es capaz de recorrer casi 500 kilómetros en un mes simplemente flotando y dejándose transportar por las corrientes oceánicas.
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