Un estudio pudo evidenciar que los perros tienen la capacidad de detectar el COVID-19 con una tasa de efectividad casi del 95 %, comprobando la gran capacidad olfativa que tienen los caninos para detectar virus y enfermedades.
Así lo pudo establecer una investigación de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Durham con la que se hicieron análisis de muestras de 3.750 personas con sus camisas, mascarillas y calcetines usados con el objetivo de entrenar a seis perros en la detección del COVID-19.
El estudio consistió en que cuatro cuatro perros labradores, un golden retriever y un working cocker spaniel olfateaban muestras en un sistema de soportes que requería una decisión de “sí o no” en cada caso.
Si los caninos identificaban la presencia del COVID-19, los perros daban indicaciones como sentarse, empujar o mirar fijamente hacia delante, por lo que si acertaban en su diagnóstico recibían como recompensa comida o juguetes.
Los científicos explicaron que estos perros biodetectores fueron capaces de identificar la enfermedad en un 94 % de las muestras, registrando una cifra de precisión que puede ser superior a la que ofrecen algunas pruebas de antígeno que están entre un 58 % y el 77 % de eficacia.
Asimismo, el estudio preliminar también evidenció que un solo perro puede examinar hasta 250 personas en una hora, considerablemente más rápido que el resto de métodos y pruebas de detección de COVID-19 que se han venido empleando en medio de la pandemia.
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De acuerdo con los expertos, la infección del COVID-19 tienen un olor distintivo que los perros especialmente entrenados puede detectar de forma rápida. Además, se pudo comprobar que esta capacidad también responde a la de las personas asintomáticas y que tienen diferentes cepas y cargas virales dentro de su organismo.
“Saber que podemos aprovechar el asombroso poder de la nariz de un perro para detectar el COVID-19 de forma rápida y no invasiva nos da la esperanza de volver a una forma de vida más normal”, destacó Claire Guest, directora científica de Medical Detection Dogs y autora principal del ensayo.
El equipo de investigadores aseguró que estos hallazgos permitirían desarrollar estrategias para que los perros ayuden y se conviertan en una primera herramienta de detección rápida en espacios como zonas comerciales y aeropuertos, pero sería necesario trabajar en conjunto con pruebas de PCR para confirmar algunos resultados.
“Saber que podemos aprovechar el asombroso poder de la nariz de un perro para detectar COVID-19 de manera rápida y no invasiva nos da la esperanza de regresar a una forma de vida más normal a través de viajes más seguros y acceso a lugares públicos, de modo que podamos nuevamente socializar con familiares y amigos”, concluyó Guest.
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