¿Es posible que el estrés que acumulan las personas pueda ser transmitido a sus perros? De acuerdo con un estudio, esto sería posible a partir de la relación que exista entre mascota-amo.
Así lo determinaron unos investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) luego de descubrir que el vínculo entre el estrés y los rasgos de personalidad de los dueños puede tener un efecto en algunas razas de perros.
“Los resultados mostraron que la personalidad del dueño afectaba el nivel de estrés en los perros de caza, pero curiosamente no en las razas de perros antiguas. Además, la relación entre el perro y el dueño afectó el nivel de estrés de estos caninos”, explicó Lina Roth, profesora titular del Departamento de Física, Química y Biología (IFM).
De acuerdo con la experta, el objetivo del estudio era determinar si los niveles de estrés de los perros se ven afectados por las personas con las que viven ya que en medio de la pandemia estos indicadores han aumentado por cuenta de los confinamientos.
En ese sentido, los expertos decidieron recolectar pelo de perros y de sus dueños para medir los niveles de cortisol, la cual es una importante hormona del estrés.
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Para hacer este análisis realizaron una selección de más de 40 perros vinculados a la cacería y de razas más antiguas que están genéticamente relacionadas con lobos. Además, sus propietarios tuvieron que responder unos cuestionarios sobre su propia personalidad y la de su perro y la relación que tenían entre los dos.
De esta forma, los investigadores lograron concluir que el estrés a largo plazo está influenciado por el dueño y su relación con el perro en las razas que han sufrido mayores procesos de domesticación a lo largo de la historia.
Precisamente, un estudio previo había evidenciado que las razas de perros de pastoreo, que genéticamente fueron seleccionadas por su capacidad para ayudar en trabajos, adquieren el estrés a largo plazo de su dueño.
“Los perros de caza muestran vínculos claros entre la personalidad del dueño y su relación con el perro, pero son solo los perros pastores los que demuestran la sincronización única con el estrés a largo plazo en el dueño”, explicaron los expertos.
Los investigadores destacaron que esta sincronización del estrés está influenciada por la selección que históricamente han tenido algunas razas para ayudarle a los humanos, por lo que esta relación y los rasgos de personalidad son características importantes que afectan la hormona cortisol del perro.
“Creemos que la sincronización del estrés es una consecuencia de la cría de los perros pastores para la colaboración con las personas, mientras que la relación con el propietario y la personalidad del propietario son parámetros importantes que influyen en la sincronización de los niveles de estrés”, resaltó Roth.
Otro estudio liderado por la Universidad de York y la Universidad de Lincoln pudo establecer que las mascotas habrían ayudado a mantener una mejor salud mental y a reducir el estrés psicológico que se hubiera presentado en las personas durante los confinamientos por la pandemia del COVID-19.
Los científicos comprobaron que compartir con una mascota durante el periodo de la cuarentena le permitió a sus dueños tener una fuente de apoyo para enfrentar de una mejor manera los efectos de la soledad y el encierro.
Finalmente, cada vez es más claro el vínculo que pueden tener las personas con sus mascotas ya que para muchos se han convertido en un miembro importante de sus familias, pero es fundamental entender cómo las actitudes de las personas pueden afectar su comportamiento.
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