Unos 50 ejemplares de ballenas piloto quedaron varadas cerca de Farewell Spit, el arenal natural más largo del mundo, situado al noroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Las autoridades han explicado que unas 9 ballenas murieron a pesar de los intentos de voluntarios y expertos por salvarlas, mientras que otras 40 habrían sido rescatadas y retornadas nuevamente a zonas más profundas del océano.
El Ministerio de Conservación de Nueva Zelanda informó que las 40 ballenas fueron llevadas a aguas más profundas a la espera de que la marea subiera antes del anochecer.
En ese sentido, unas doscientas personas entre funcionarios y voluntarios trabajaron durante varias horas para mantenerlas hidratadas con baldes de agua y mantas húmedas hasta que puedan ser reflotadas.
Una vez en aguas más profundas, varios barcos tomaron el relevo, moviéndose en línea de un lado a otro para impedir que los animales volvieran a la orilla.
Sin embargo, las autoridades señalaron que pese a sus esfuerzos, las ballenas no se habían adentrado en el océano y se temía que pudieran volver a quedar varadas.
“Siempre es fantástico ver a las ballenas en aguas más profundas, donde deben estar. Todo el mundo tiene muchas esperanzas, pero también es muy realista”, indicó Louisa Hawkes, vocera del grupo de rescate de ballenas Project Jonah.
Precisamente, el arenal de Farewell Spit, una lengua de arena que se arquea hacia el Mar de Tasmania, ha registrado otros varamientos masivos en el pasado.
Los cetáceos parecen tener problemas para alejarse de la playa una vez se acercan a larga línea de costa, descrita en ocasiones como una trampa para ballenas.
De acuerdo con los expertos, a lo largo de 34 kilómetros de este arenal unas 700 ballenas quedaron varadas en 2017, de las cuales fallecieron unos 350 ejemplares.
El mayor varamiento de cetáceos ocurrió en las Islas Chatham, a unos 800 kilómetros de costa sureste de Nueva Zelanda cuando unas mil ballenas piloto (“Globicephala melas”) se quedaron varadas en ese remoto lugar en 1918.
Precisamente, cientos de ballenas murieron el año pasado en las costas de Nueva Zelanda y Australia tras quedar varadas en el océano.
Los científicos aún no han podido explicar por qué en ocasiones las ballenas se desvían de sus rutas y se quedan varadas en aguas de poca profundidad; aunque se evalúa la posibilidad de que se extravíen atraídas por contaminación de ruido o guiadas por un cabeza de grupo desorientado.
Asimismo, los expertos han planteado la posibilidad de que se encuentren enfermas o que tengan errores de navegación, la presencia de depredadores, las condiciones meteorológicas extremas o problemas relacionados con la topografía de algunos lugares.
Sin embargo, otros lo relacionan con la actividad humana y sobre todo a las perturbaciones generadas por los radares de alta frecuencia.
Mueren 45 ballenas en Indonesia
Las autoridades ambientales de Indonesia también reportaron la muerte de 45 ballenas luego de que quedaran atrapadas, por lo que solo tres ejemplares lograron sobrevivir con la ayuda de los voluntarios.
El gobernador de Java Oriental, Khofifah Indar Parawansa, explicó que las autoridades están investigando la causa de la muerte, mientras que los cadáveres serán enterrados en la costa.
“Los voluntarios que las están ayudando a regresar al océano dijeron que algunas de las ballenas regresaron a la costa nuevamente porque sus madres todavía estaban varadas en la playa”, explicó en su momento Parawansa.
De acuerdo con la organización Whale Stranding Indonesia, durante el año pasado se registraron 59 incidentes de especies varadas en las costas del país el año pasado, la mayoría de ellos dugongos y delfines giradores.