Un equipo de científicos en Estados Unidos ha logrado clonar un hurón de patas negras, especie en peligro de extinción en el país, en el marco de un programa que tiene como objetivo la recuperación de su población.
El programa es liderado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. (FWS) en conjunto con otras organizaciones con las que los expertos lograron el nacimiento de “Elizabeth Ann” que fue una ejemplar clonada a partir de las células congeladas de “Willa”, una hurón que vivió hace más de 30 años.
La directora del Service’s Mountain en donde se encuentra el Centro Nacional de Conservación del Hurón de Patas Negras, Noreen Walsh, destacó este importante avance científico preservar a esta especie.
“Aunque esta investigación es preliminar, es la primera clonación de una especie nativa en peligro de extinción en América del Norte y proporciona una herramienta prometedora para los esfuerzos continuos para conservar al hurón de patas negras”, indicó Walsh.
Precisamente, una de las prioridades es aumentar la diversidad genética de esta especie y la resistencia que tienen a las enfermedades.
“Mantener y aumentar las poblaciones silvestres y el hábitat adecuado sigue siendo esencial para la recuperación del hurón de patas negras y seguirá siendo una prioridad para el Servicio”, explicó Walsh.
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De acuerdo con la experta, el hecho de que la clonación genética haya sido exitosa no implica que se deba restar importancia a las amenazas que siguen teniendo los hábitats de los hurones de patas negras.
El reto de salvar la especie
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. (FWS) ha explicado que los hurones de patas negras descienden de siete individuos, lo cual ha generado desafíos genéticos únicos para recuperar y salvar a esta especie de la extinción.
“La clonación puede ayudar a abordar la diversidad genética significativa y las barreras de resistencia a las enfermedades para apoyar la conservación del hábitat y el restablecimiento de poblaciones adicionales en la naturaleza”, indicó el FWS
De acuerdo con la entidad, esta gran diversidad genética lleva a que la especie se vuelva más susceptible a las enfermedades, tenga una menor tasa de fertilidad y se dificulte su adaptación a la naturaleza.
Ante la amenaza que enfrenta esta especie, los funcionarios decidieron liderar un programa de conservación recolectando a varios ejemplares de hurones de patas negras que estaban en las tierras de un ranchero de Wyoming en 1981.
En ese sentido, se inició un programa de cría en cautividad para recuperar la especie pero la diversidad genética representó varios obstáculos en materia de resiliencia a los entornos cambiantes y las amenazas de enfermedades emergentes.
De esta forma, los expertos decidieron congelar los genes de Willa, un hurón de patas negras que había sido uno de los últimos ejemplares salvajes que se habían capturado.
Las muestras fueron enviadas al Zoológico Congelado de San Diego Zoo Global en 1988 en donde se estableció un cultivo celular y se administró estas células congeladas permitiendo la clonación que se logró en la actualidad.
“Estamos encantados de haber podido crear un banco criogénico y, años más tarde, proporcionar cultivos celulares viables para este proyecto innovador”, destacó el Zoológico.
Los análisis permitieron establecer que el genoma de “Willa” tenía tres veces más variaciones únicas que la población viva, por lo que si “Elizabeth Ann” se aparea y se reproduce con éxito podría proporcionar una diversidad genética única a la especie.