Un grupo de científicos ha logrado crear 12 embriones de rinoceronte blanco del norte para intentar salvar a esta subespecie africana de la completa extinción.
Tras dos años de esfuerzos, este desarrollo representa una avance crucial en la intención de preservar a esta especie de rinoceronte de la cual solo quedan dos hembras en el mundo: Najin y su hija Fatu, las cuales son protegidas en la reserva de Ol Pejeta en Kenia.
De esta forma, la comunidad científica esta concentrada en tratar de reproducir a esta especie de forma subrogada ya que en 2018 falleció el último macho pero se logró conservar algunas gametos de varios ejemplares antes de su desaparición.
El trabajo de investigación viene siendo liderado por el consorcio de científicos y ecologistas de BioRescue que logró conservar unos 80 ovocitos de dos mastodontes y junto a los gametos lograron desarrollar los 12 embriones.
Un éxito parcial
El director de la reserva Ol Pejeta, Richard Vigne, explicó que el éxito de este programa de conservación solo es temporal ya que es prácticamente imposible implantar estos embriones en las dos únicas hembras que siguen vivas en el planeta.
Por ejemplo, Fatu sufre de lesiones degenerativas en el útero y Najin tiene problemas de motricidad en las patas traseras que le impiden quedarse embarazada.
De esta forma, la única alternativa que se tiene para tener crías es implantar estos embriones en hembras de rinoceronte blanco del sur que hayan sido previamente seleccionadas.
“Estamos haciendo cosas vanguardistas desde un punto de vista científico, experimentando genéticamente con los últimos rinocerontes blancos norteños del planeta: muchas cosas podrían ir mal. Nadie pretende que sea fácil, pero creo que hay buenas posibilidades de que sea un éxito”, indicó Vigne.
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El director del zoológico checo de Dvur Kralove, Jan Stejskal, que junto a su equipo está preparando las primeras transferencias de embriones, resaltó que esta fecundación “in vitro” y la implantación en rinocerontes hembras de una especie hermana es la única manera de salvar esta especie.
Esta sería la última alternativa que tienen los científicos luego de que esta especie no fuera capaz de reproducirse por medios naturales en el parque nacional de AI Pejeta en Kenia.
“El equipo está analizando el bienestar de los animales y empezará a observar su comportamiento y sonidos en preparación para que las primeras transferencias de embriones tengan lugar al final del año”, explicó Kralove.
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De acuerdo con el experto, Najin y Fatu fueron enviadas en 2009 desde la República Checa al parque keniano en donde han sido sometidas a un programa de extracción de óvulos, los cuales luego son fecundados con esperma extraído a machos antes de morir, como Suni y Sudán, procedentes también del zoológico checo.
Los tres últimos embriones, creados el 9 de julio en un laboratorio italiano en Cremona, proceden de los óvulos de Fatu y del esperma de Suni, su abuelo, así como de otro macho, Angalifu, el cual era un rinoceronte blanco del norte que vivía en San Diego (EE.UU.) y falleció en 2014.
Además, otro de los obstáculos que se tienen es que Najin ya no es capaz de producir óvulos en suficiente número y de calidad, por lo que ha sido excluida del programa de fertilización.
Los rinocerontes blancos del norte tenían su hábitat natural en Sudán del Sur y Uganda, mientras que los del sur habitan en todo el África austral.
Estos mastodontes se fueron acabando debido a las acciones del hombre ya que los rinocerontes tienen pocos depredadores naturales y las supuestas virtudes medicinales de sus cuernos, particularmente en Asia, han provocado su casi total extinción por cuenta de la cacería.
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