Un equipo de científicos está buscando salvar de la extinción a una especie de pez de agua dulce, encontrada en el sureste de Europa, y que es una de los pocos animales que vivió junto con los dinosaurios hace más de 65 millones de años.
De acuerdo con los expertos, se trata del pez asprete o “Romanichthys valsanicola” de los que se cree que sobreviven unos 15 ejemplares a lo largo de un kilómetro del cauce del río Valsan en el centro de Rumanía.
Aunque muchos ponen en duda la existencia de los dinosaurios, los investigadores creen que este tipo de pez es contemporáneo a esta particular especie casi mitológica y que generalmente encontramos en los museos y las películas.
La dificultad para encontrarlo
Los expertos explicaron que el asprete tiene unos hábitos nocturnos y se la pasa la mayor parte del día escondido bajo las rocas, por lo que es un animal muy difícil de ver hasta para quienes dedican todo su tiempo a estudiarlo.
Sin embargo, un grupo de científicos y activistas que trabajan para evitar su extinción encontró un grupo de 12 ejemplares el mes pasado, e incluso pudieron grabarlos para deleite de los amantes de esta especie, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) califica como “críticamente amenazada”.
Ver más: Anguila perfora el cuello de una garza en pleno vuelo, luego de ser comida por esta ave
“Probablemente es la primera vez que se ha podido grabar a este pez en su hábitat natural desde que la especie fue descubierta”, explicó el conservacionista Alex Gavan, que pasó parte de su infancia a orillas del río Valsan y es el más activo embajador de la causa para salvar el asprete.
En el video se puede ver a 12 ejemplares y es un motivo de esperanza para los investigadores pues confirma la existencia del asprete y apunta a que la población podría superar la decena de ejemplares.
De esta forma, el principal objetivo es poder conservar a esta especie y adelantar los estudios con el objetivo de establecer los procesos que sufrió luego de convivir con los dinosaurios.
NOMBRADO POR SU TEXTURA
Esta especie, cuyos orígenes se remontan a unos 65 millones de años, fue descubierta en 1956 por el estudiante de Biología rumano Nicolae Stoica.
Mientras trabajaba en una investigación sobre la fauna piscícola de la zona, Stoica encontró, en el mismo río Valsan, un ejemplar de pez “áspero” que no había sido descrito previamente en los tratados de zoología disponibles.
El estudiante informó a los expertos zoólogos Margareta Dumitrescu y Petre Banarescu, que en 1957 publicaron junto a Stoica el estudio científico que acreditaba la existencia de esta nueva especie, cuyo nombre en latín significa “pez rumano del Valsan”.
Su nombre popular, “asprete”, hace referencia a su textura áspera (“aspra” en rumano) y en el momento de su descubrimiento existía también en al menos otros dos ríos de la zona, el Arges y el Valsan, con una población estimada en cientos de ejemplares.
En ese sentido, el hecho de que este pez haya vivido en la época de los dinosaurios ha despertado la curiosidad sobre la valiosa información acerca de la evolución que podría suministrar a la ciencia.
AMENAZADO POR UNA HIDROELÉCTRICA
La principal explicación del declive poblacional del pez de asprete está en la construcción de la Presa Vidraru, ejecutada por las autoridades de la época con los fines de producir energía eléctrica, prevenir inundaciones y facilitar las labores de riego en esta parte de Rumanía.
El proyecto fue gestionado por la empresa pública pero la hidroeléctrica ha reducido considerablemente el flujo del río, lo cual ha puesto en grave riesgo la supervivencia del pez asprete.
“En ocasiones, la presa de la hidroeléctrica genera grandes cantidades de agua que arrastran masas de fango río abajo; este fango puede asfixiar al pez asprete al entrar en sus branquias”, manifestó Gavan, quien aseguró que el Gobierno de Rumania debe respetar sus propias leyes porque gran parte del daño ecológico en el río es responsabilidad de la empresa estatal.
Además de la presa, la tala de árboles que dan sombra al río durante el día y regulan la temperatura y otras intervenciones humanas como los escalones artificiales creados en el curso del Vaslan para regular su flujo conspiran contra la supervivencia del asprete en nuestro planeta.
“Queremos construir lo que se conoce como ‘escaleras de peces’ para que el asprete no quede atrapado en una sección determinada del río, porque esto afecta a su diversidad genética”, indicó Gavan.
CREAR UN SANTUARIO ECOLÓGICO
El equipo de investigadores, empresarios y activistas buscan que el valle del río Vaslan se convierta en un santuario ecológico capaz de atraer visitas y generar beneficios económicos en la zona.
Su objetivo es llevar a cabo una “reconstrucción ecológica del valle” ya que de nada servirá salvar a esta especie si las condiciones ambientales no son favorables para su conservación.
“Queremos implicar a los vecinos a través de cursos de emprendimiento, talleres de agricultura sostenible y otras iniciativas de promoción de los valores locales y la vida tradicional en un contexto contemporáneo”, indicó Gavan.
Esta iniciativa también busca traer prosperidad a la región y se espera poder financiar este proyecto con fondos europeos para que se convierta en un centro de investigación científica y de actividades educativas para residentes y visitantes.
Finalmente, el equipo de investigadores esperan realizar varios estudios científicos sobre esta particular especie de pez que vivió en la época de los dinosaurios, hace más de 65 millones de años, con el objetivo de conocer cómo pudo sobrevivir en la Tierra todos estos años.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestras redes sociales