Los dos perros del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tuvieron que salir de la Casa Blanca luego de que uno de los caninos atacara y mordiera a un miembro del esquema de seguridad presidencial.
Los dos pastores alemanes, según los medios estadounidenses, fueron trasladados a Delaware en donde el mandatario tiene su residencia privada para evitar nuevos inconvenientes por su comportamiento.
La cadena CNN reseñó que el perro involucrado en el incidente fue Major, quien mordió a un integrante del esquema de seguridad de la Casa Blanca.
Aunque se desconoce el estado de salud de este escolta, el ataque fue lo suficientemente grave como para trasladar a Major y a su compañero Champ a su antigua vivienda en Wilmington (Delaware).
Precisamente, Major es el más joven (3 años) de los dos pastores alemanes y a veces se le ha visto con un comportamiento agitado, ladrando, saltando y “embistiendo” al personal y los miembros de seguridad de la mansión presidencial, según las fuentes de CNN.
Por su parte, Champ es más tranquilo debido a su avanzada edad (13 años) y hasta el momento no le había generado problemas al presidente Biden.
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La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, fue consultada sobre el incidente pero aseguró que no disponía de datos específicos al respecto, aunque subrayó que “Major y Champ son parte de la familia Biden”.
“Van a menudo a Delaware cuando la primera dama viaja y se están adaptando a su nueva casa. No tengo más informaciones. Solo sé que son miembros amados de la familia (Biden) y por supuesto de la familia de la Casa Blanca”, indicó Psaki.
Champ fue adquirido por el presidente y la primera dama después de la elección presidencial de 2008 en la que el exsenador de Delaware se convirtió en vicepresidente del Gobierno de Barack Obama (2009-2017), y Major fue adoptado en 2018.
Antes de la investidura de Biden como presidente, el pasado 20 de enero, la pareja anunció que se mudaría a la Casa Blanca junto a sus perros y que traerían un gato.
En ese sentido, Major es el primer perro salido de una perrera que ha vivido en la Casa Blanca, y tanto a él como a Champ, se les ha visto a menudo jugando en el césped de la mansión presidencial en las últimas semanas.
Asimismo, los perros también han aparecido en el Despacho Oval junto con el presidente Joe Biden en varias fotografías difundidas por las redes sociales.
Aún se desconoce si lo perros retornarán a la Casa Blanca o permanecerán en Delaware, pero la primera dama, Jill Biden, había reconocido en una entrevista con The Kelly Clarkson Show el reto de que los perros se instalaran y se adaptaran a la nueva residencia.
“Me he estado obsesionando con que nuestros perros se acomoden porque tenemos un perro viejo y tenemos un perro muy joven. Tienen que tomar el ascensor, no están acostumbrados a eso, y tienen que salir al jardín sur con mucha gente mirándolos. Así que eso es lo que me ha obsesionado, lograr que todos se sientan cómodos y tranquilos”, aseguró Biden en la entrevista.
Es tradición de los presidentes estadounidenses tener una mascota en la Casa Blanca. Sin embargo, durante el mandato de Donald Trump se rompió la tradición de más de 100 años ya que el exmandatario no tuvo mascota.
En ese sentido, se desconoce si la residencia presidencial se quedará nuevamente sin perros o si se buscará una alternativa para que, especialmente, Major no le siga causando problemas al presidente Biden.
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