El departamento de Parques Nacionales de Australia informó que cerca de tres ballenas han quedado atrapadas en un río infestado de cocodrilos al norte del país luego de equivocarse en su rumbo en su viaje a la Antártida.
Los funcionarios explicaron que dos de los cetáceos, observados por primera vez en East Alligator River en el Parque Nacional de Kakadu a principios de esta semana, parecen haber regresado al mar.
Sin embargo, los expertos vigilan al menos una tercera ballena que fue vista a 20 kilómetros río arriba y que ha generado preocupación ante la posibilidad de que no pueda salir de la zona.
Las autoridades del parque han establecido una zona de exclusión para proteger a los navegantes y las ballenas jorobadas, que pueden alcanzar 16 metros de largo y pesar 30 toneladas.
Además, las alertas están encendidas porque los barcos podrían empujar a las ballenas jorobadas a seguir nadando río arriba.
Los expertos explicaron que a pesar de que el río tiene una gran población de cocodrilos, estos animales no representan un peligro para las ballenas debido a que no se les acercarán por su gran tamaño.
Sin embargo, si una de las ballenas termina bloqueada es posible que se convierta en una presa para los cocodrilos ante la imposibilidad de moverse y de adelantar un rescate en una zona tan remota.
Un hecho inusual
Las autoridades ambientales explicaron que a veces se observan ballenas jorobadas frente a las costas australianas, pero esta parece ser la primera vez que una de ellas es vista en los ríos tropicales de la inmensa reserva natural declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En ese sentido, un grupo de expertos y autoridades marítimas está buscando la forma de convencer a esta ballena jorobada de que salga de turbio río infestado de cocodrilos y regrese al mar para continuar con su migración hacia la Antártida.
Sin embargo, las autoridades de Australia se encuentran desconcertadas y no logran entender por qué al menos tres de los mamíferos marinos de agua salada se habían adentrado tanto en un río con escasa visibilidad.
“Resultó que dimos con varias ballenas grandes, lo que me dejó totalmente desconcertado. El agua está increíblemente turbia. Hay visibilidad cero. De modo que sólo se ven las ballenas cuando están justo en la superficie”, explicó el ecólogo Jason Fowler, quien hizo los primeros avistamientos.
De acuerdo con el experto, se trataba de dos ballenas adultas y una joven, de entre 10 y 12 metros de largo, y que hasta el momento se cree que están en buena condición de salud.
“Hay tantas jorobadas que van camino de la costa de Australia Occidental que es inevitable que acaben en sitios nuevos. Lo que es increíblemente raro es que están en un río turbio, poco profundo, lleno de cocodrilos… eso es inaudito”, resaltó.
Por su parte, la experta de ballenas y delfines del gobierno del Territorio, Carol Palmer, explicó que el río Aligátor Oriental es muy sensible a las mareas y poco profundo, por lo que el tiempo apremia para intentar sacar a una de las ballenas jorobadas que sigue en la zona.
En ese sentido, los expertos en Australia evalúan entre las opciones emplear grabaciones de llamadas de ballenas o hacer ruido golpeando el costado de los barcos para que la ballena salga del río.
“Los cocodrilos no estarán acostumbrados a ver una ballena jorobada. La jorobada es lo bastante grande como para que ninguno de nosotros crea que los cocodrilos van a intentar atacarla”, resaltó Palmer.
Finalmente, los expertos creen que probablemente las ballenas jorobadas se están cansando de nadar contra fuertes mareas para mantenerse en la misma parte del río por lo que se requiere buscar alternativas que permitan regresarlas al océano en el menor tiempo posible.
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