A diario hablamos de víctimas del coronavirus, infectados, fallecidos, recuperados, pareciera que lo único que ocurre con la pandemia y que puede contarse en víctimas humanas tiene que ver con la salud.
Pero no es así. Del COVID-19, hay víctimas de la economía y su parón con impactos desiguales en la vida de las personas. Cada vez se suman más individuos a la pobreza. Ocurre lo mismo con las víctimas del cierre de escuelas y el obligado confinamiento, sumado a la falta de acceso a internet, que les impide el acceso a la educación.
No olvidemos que en muchos países las escuelas no sólo brindan educación, sino que también ofrecen alimentos y protección social.
La pandemia está aumentando las desigualdades educativas y amenaza con deshacer de golpe los progresos logrados en las últimas décadas.
César Miguel Rondón aborda el tema junto a Fernando Pereira, profesor y fundador de Cecodap; y Clementina Acedo, Directora General de Webster University en Ginebra.