En su editorial del 4 de agosto, César Miguel Rondón destaca que a diario hablamos de víctimas del coronavirus, infectados, fallecidos, recuperados, pareciera que lo único que ocurre con la pandemia y que puede contarse en víctimas humanas tiene que ver con la salud.
Pero no es así. Del COVID-19, hay víctimas de la economía y su parón con impactos desiguales en la vida de las personas. Cada vez se suman más individuos a la pobreza. Ocurre lo mismo con las víctimas del cierre de escuelas y el obligado confinamiento, sumado a la falta de acceso a internet. que les impide el acceso a la educación.
No olvidemos que en muchos países las escuelas no sólo brindan educación, sino que también ofrecen alimentos y protección social.
Rondón enfatiza en los recursos que hay que tener para la educación a distancia.
Hemos leído de educación a distancia, clases vía Zoom, Yutube y Whatsapp como si todos pudieran recibirlas y seguir formándose. Pero¿qué condiciones mínimas deben cumplirse para que un niño pueda recibir clases por vía digital?
1. Contar con el dispositivo, sea teléfono o computador. Así como el distribuidor de la
señal wifi.
2. Poder pagar el servicio de telefonía y/o internet o el tiempo rentado en una sala para
ello.
3. El internet debe llegar a su zona y debe contar con electricidad
4. Tener conocimiento para utilizarlo como herramienta de enseñanza
Si viven en las regiones desarrolladas (Europa, Norteamérica) acceden el 85% pero si hacen vida en regiones más pobres (como Asia-Pacífico y África), el acceso es menor al 40%. Sin embargo, en algunos de los países considerados más desarrolladas, como Estados Unidos, existen regiones todavía sin conexión a internet.
El 90% de las personas que no tienen acceso a internet viven en países en vías de desarrollo. En África donde el 80% de la población no tiene acceso a la internet y el suministro eléctrico es inestable, la enseñanza a distancia es una quimera.
Finalmente, el presentador señala:
Pero esto no es un asunto ajeno, aunque podamos decir que le ocurre a otros. Es el futuro del mundo y de la sociedad que enfrentarán nuestros hijos y nietos lo que debe ocuparnos a todos por igual. Así como es de imperativo regresar a las escuelas contando con seguridad para ello, lo es voltearse a mirar esa otra realidad, con la que querámoslo o no, habremos de cruzarnos en el camino, más temprano que tarde.