En su editorial del 8 de julio, César Miguel Rondón, aborda el tema del encuentro entre Andrés López Obrador y Donald Trump.
El presentador destaca que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de visita en Estados Unidos, desde muy temprano estuvo activo. Rindió homenaje ante la estatua del presidente Abraham Lincoln y luego a la estatua que representa al expresidente de ese país, Benito Juárez.
Así comenzó esta visita calificada como una visita pero no de Estado. Finalmente, se dio el encuentro del presidente estadounidense Donald Trump, con su homólogo mexicano para celebrar en la Casa Blanca, la puesta en marcha del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, bautizado como T-Mec, en sustitución al TLC vigente desde 1994.
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá decidió no asistir. Lo cierto es que el acuerdo fue diseñado para atender las necesidades de la región que estos tres países conforman, con 493 millones de habitantes, el 6.5% de la población mundial.
Juntos constituyen la segunda mayor economía con el 18.3% del PIB global, y el segundo exportador del mundo con el 15.9% del comercio.
En este sentido, quedan atrás las declaraciones altisonantes de cada uno. Aunque ambos representen el anverso y reverso de una misma moneda, líderes populistas de izquierda y de derecha.
Ambos presidentes se definen así mismos como políticos anti establishment, aunque en plena época electoral estadounidense, esta visita de López Obrador, como observan algunos, pueda usarse por la campaña de Trump para alentar a los mexicoamericanos a votar justamente por el nuevo establishment que Trump ha creado.