La Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronunció sobre la detección de algunos casos de peste bubónica en China, asegurando que no representa una grave amenaza para este país.
“Por el momento no consideramos que haya un riesgo alto, pero estamos supervisando de cerca la situación junto con las autoridades chinas y mongolas” indicó Margaret Harris, portavoz de la OMS.
De acuerdo con la OMS, China le informó el pasado 6 de julio de un caso de peste bubónica registrado en la región de Mongolia interior.
Sin embargo, reconoció que durante la última década se ha informado de algunos casos esporádicos en varios países del mundo.
“La peste es rara y por lo general se encuentra en ciertas regiones del mundo donde aún es endémica. La peste bubónica ha estado y está con nosotros desde hace siglos”, señaló Harris.
Este pronunciamiento se conoce luego de que las autoridades de China confirmaran un caso de la denominada peste negra e implementaran un nivel de alerta hasta finales de 2020 con el objetivo de prevenir y controlar posibles brotes.
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La Comisión Municipal de Sanidad de Bayannur indicó que el caso fue detectado en un pastor quien se encuentra en una situación estable de salud.
«En la actualidad, existe el riesgo de que se propague una epidemia de peste humana en esta ciudad. El público debería mejorar su conciencia y capacidad de autoprotección; así como reportar condiciones de salud anormales de inmediato», señalaron las autoridades.
Además, Mongolia reportó dos casos en unos hermanos que habían consumido carne de marmota y en un menor de 15 años que este lunes fue identificado como sospechoso.
En ese sentido, las autoridades colocaron en cuarentena a 150 personas que mantuvieron contacto con los dos hombres diagnosticados con la peste bubónica.
De esta forma, las autoridades de China pidieron a los ciudadanos que informaran si encontraban marmotas u otros animales enfermos o muertos; y recordó que está prohibido cazar animales que puedan portar la enfermedad.
La peste bubónica ha sido una de las enfermedades más mortíferas del mundo dejando más de 200 millones de fallecidos durante la Edad Media.
«Esta peste se transmite por la picadura de las pulgas infectadas, por contacto directo, por inhalación y, más raramente; por ingestión de materiales infecciosos», explica la OMS.
La infección de esta peste genera la inflación de los ganglios linfáticos en la zona de la ingle, las axilas y el cuello; generando fuertes dolores en la zona. Además, también genera fiebre, vómitos, náuseas, dolor de cabeza y gran debilidad.
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