Cuando se menciona a Venezuela en el continente, muchos sienten cierto resquemor con el modelo socialista que allí se ha impuesto. El esquema político chavista ha pasado a ser una referencia de cómo un país con recursos se vino a menos . En este sentido, cuando el presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este martes la intervención de la empresa agroexportadora Vicentin, las comparaciones con el régimen de Nicolás Maduro no se hicieron esperar.
Vicentin es una de las principales empresas procesadoras y exportadora de granos de Argentina. Sin embargo, en febrero la compañía solicitó la apertura del concurso preventivo de acreedores después de incumplir pagos a proveedores a finales de año. “Es una empresa que estaba camino a la quiebra”, afirmó el mandatario argentino.
Fernández también aseguró que la expropiación de la empresa es algo “absolutamente excepcional” y afirmó su compromiso con el sector privado. No obstante, prevalece el temor de que éste sea el inicio de una serie de expropiaciones, tal como sucedió en Venezuela.
El periodista argentino, Luis Gasulla, abordó el tema en el programa Día a Día, conducido por César Miguel Rondón.
“La opinión pública se encuentra dividida. Hay una grieta social y política. La mitad del país es fiel y apoya a Fernández. Del otro lado hay una oposición fragmentada pero que se hace escuchar. En los últimos años se ha incubado un falso progresismo en el sistema educativo argentino y parte de la población celebra esta decisión como una supuesta soberanía”, dijo Gasulla.
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La importancia de Vicentin en la economía argentina es grande. Produce casi 30.000 toneladas de granos al día y maneja negocios de 3.000 millones de dólares al año y el 85% de su producción está destinada a la exportación.
“Con la intervención de Vicentin, Fernández levanta la bandera de la soberanía alimentaria, así como lo hizo años atrás Hugo Chávez en Venezuela. Esto es meterse claramente con el mercado agropecuario. El campo está a la expectativa. Esto se ha podido resolver con los caminos normales de la intervención judicial, en una empresa que tenía problemas de pagos y una deuda muy importante con el Banco Nación Argentino, pero por su nivel de facturación lo podía resolver con un plan de pagos”, explicó el periodista.
El presidente argentino afirma que la expropiación de la empresa fue algo estratégico. Sin embargo, hay sectores que lo toman como una retaliación política, tomando en cuenta la cercanía que tuvo la empresa con el gobierno de Mauricio Macri.
“Los dueños de Vicentin tenían una filiación política con Mauricio Macri. Esto es intentar reflejar que la compañía estaba mal por los negocios espurios del gobierno anterior. También se vinculan con otras causas judiciales que comienzan a surgir para tratar de llevar al Macri a los tribunales o directamente a encarcelarlo. Aquí están mezcladas las dos cosas. En lo económico es un gobierno que se quedó sin dólares y que la decisión es expropiar para recuperar fondos, mientras que en lo político está la intención de asociar con la corrupción a todo lo que simpatice con el macrismo”, agregó Gasulla.
América Digital
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