La investigadora y consultora de la Fundación Cáritas en Venezuela, Susana Raffalli, advirtió este viernes que en –el marco de la pandemia– el país suramericano pasó de tener en febrero un 8% de desnutrición infantil a casi 18% en el mes de marzo.
Los números, advirtió, representan tres veces la proyección que habían hecho instituciones mundiales sobre el incremento de la desnutrición en la nación.
En una entrevista para el programa En Conexión, conducido por César Miguel Rondón, la especialista esclareció algunas cifras que ha dejado como resultado la emergencia sanitaria en el territorio caribeño.
En principio, sostuvo que ha habido un “deterioro masivo de la alimentación” en las familias venezolanas más empobrecidas.
Raffalli advirtió que desde el 2016, año en el que se empezó a monitorear la crisis, nunca se habían registrado en el país cifras tan altas de desnutrición aguda en niños.
“No solo eso es lo que me preocupa, sino lo limitado que estamos para poder llegar a ellos y salvarlos”, agregó.
Asimismo, la experta en nutrición, precisó que las familias en Venezuela estaban sobreviviendo gracias a las remesas. Un ingreso que comentó, ha disminuido a la mitad desde que comenzó a propagarse el coronavirus.
“Por cada punto porcentual que se disminuye la migración y las remesas, aumenta en 1.7% la desnutrición infantil”, afirmó al Raffalli.
Ver más: Coronavirus pone en riesgo el mayor ingreso de los venezolanos: las remesas
De hecho, también añadió que para la fecha, podrían ser 12 millones de venezolanos los que esta noche “no tienen nada qué comer”, pese a que un informe divulgado recientemente por el Programa Mundial de Alimentos señalaba que eran 8 millones los ciudadanos que habían entrado a la cuarentena sin inventario de comida.
“Habría que sumarle ahora un 30% a esas cifras escandalosa”, argumentó.
A su entender, Venezuela es una bomba de tiempo en donde podría manifestarse una eventual explosión de distintas maneras.
Entre ellas, mencionó una alta tasa de mortalidad en los próximos meses (sobre todo infantil); un gran contingente migratorio cuando se reabran las fronteras; y una bancarrota generalizada en todo el país.
Durante la conversación, Raffalli recordó que Venezuela ocupa el puesto número 4 entre las 10 peores crisis alimentarias del planeta, y resaltó que la pandemia llegó al territorio para sumarse a otros problemas preexistentes.
América Digital
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