En medio de la crisis por el coronavirus, este miércoles y jueves se registraron protestas en varias poblaciones del oriente de Venezuela.
Entre los reclamos de los ciudadanos estaba la falta de gasolina y la escasez de alimentos que, en tiempos de pandemia, se han sumado a la ya complicada situación económica que venía arrastrando esa nación.
En una entrevista concedida a César Miguel Rondón, en su programa En Conexión, la socióloga Lissette González, explicó que el difícil acceso a los servicios podría afectar también al Gobierno; y minimizar su posibilidad de respuesta frente a un clima general de disturbios.
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Si a los funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado también les salpica la aguda escasez de gasolina, sostuvo la especialista, las manifestaciones populares podrían salirse de control en los próximos días.
Asimismo, agregó que aunque el objetivo del presidente de Nicolás Maduro –durante mucho tiempo– ha sido mantener la ilusión de que su manera de gobernar es efectiva; limitar la movilidad tiene “implicaciones tremendas” en la vida de los venezolanos.
De acuerdo con la socióloga, el déficit de combustible amenaza la capacidad que tiene la gente de resolver sus necesidades más básicas. Como por ejemplo, la de conseguir alimento.
Ahora bien, en ese contexto es imposible determinar si una eventual explosión social cambiaría el escenario político en Venezuela.
En el caso de que las protestan sigan siendo desarticuladas y no consigan una canalización; González consideró que no necesariamente conducirán a una situación política diferente.
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