En su editorial de este 09 de abril, César Miguel Rondón, habla sobre la paradoja que hoy se presenta a nivel mundial con China. Mientras algunos responsabilizan al país asiático de la propagación del coronavirus, otros han tenido que recurrir a sus empresas para comprar insumos necesarios ante la pandemia.
El presentador comienza diciendo que la falta de transparencia en Wuhan, el epicentro del brote, ocasionó que muchos países minimizaran la enfermedad y se retrasaran en tomar medidas.
“La influencia indebida de China en organizaciones internacionales clave fue evidente, sobre todo, cuando la Organización Mundial de la Salud, dudó en declarar al COVID-19 una emergencia de salud pública de interés internacional”, agrega.
Asimismo, explica que Donald Trump ha sido una de las personas que más duramente ha criticado, no solo a China, sino también a las autoridades de la OMS.
“Ahora la epidemia de Wuhan convertida en Pandemia, está dejando al descubierto todas las deficiencias, las “patas cojas”, por decirlo, de sistemas sanitarios en países que se pensó que jamás podrían tener carencias de insumos”, señala.
Sin embargo, advierte que la contradicción actual, es que todo lo necesario para combatir el COVID-19 es “Made in China”.
El Wall Street Journal ha informado “que China es el único fabricante de ingredientes clave para ciertas clases de medicamentos, incluidos los antibióticos establecidos que tratan una variedad de infecciones bacterianas como la neumonía”, expresa Rondón.
El periodista comenta que mientras que algunos titulares hablan de la negligencia por parte gobierno Chino, otros, registran los envíos de materiales médicos a países urgidos.
“Visto así no queda duda de que a nivel político, económico, comercial y diplomático las cosas no serán igual luego de esta crisis. ¿Qué supone esta nueva relación casi de vida o muerte con China?”, es la pregunta que deja a la reflexión.