“La represión en Venezuela fue especialmente severa, y las fuerzas de seguridad del gobierno de Nicolás Maduro cometieron crímenes de derecho internacional y graves violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza, que podrían constituir crímenes de lesa humanidad”.
Esta aseveración es parte del Informe de Amnistía Internacional sobre la violación de Derechos Humanos durante el año 2019 en el que expresan además que los Estados restringieron el asilo y el derecho de manifestación en varios países de la región.
“El año 2019 trajo consigo un nuevo ataque a los derechos humanos en gran parte de las Américas, con dirigentes intolerantes y cada vez más autoritarios que recurrían a tácticas cada vez más violentas para impedir a las personas protestar o buscar seguridad en otro país. Pero también vimos que la juventud se alzó y exigió cambios en toda la región, desatando protestas más amplias a escala masiva”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
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La mayoría de las violaciones a los derechos humanos quedó en la impunidad en un gran porcentaje, mientras que las investigaciones a violaciones personas “son investigaciones que llevan a encubrir a los perpetradores”.
“A las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones arbitrarias y el uso de la tortura se sumaron los 4,8 millones de personas que abandonaron el país”.
En total, al menos 210 personas murieron violentamente en el contexto de protestas en las Américas: 83 en Haití, 47 en Venezuela, 35 en Bolivia, 31 en Chile, ocho en Ecuador y seis en Honduras.