La llegada del coronavirus a Brasil con el primer caso confirmado en el sur del país prendió las alarmas en el continente americano que, hasta ahora, se mostraba ajeno a la enfermedad.
En Venezuela, las autoridades reforzaron la alerta epidemiológica en los aeropuertos y puertos para evitar la incursión del virus de Wuhan al territorio; pero ¿el débil sistema de salud está en capacidad de detectar o soportarlo?
De acuerdo, al médico venezolano, internista e infectólogo, Julio Castro; no existe forma de detener la epidemia a través de controles fronterizos que se tornan débiles ante la rapidez de propagación. “Cuando tienes un caso, ya hay 80 por detrás”.
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“No estamos muy confiado del sistema epidemiológico de Venezuela. Los sistemas de detección por puertos y aeropuertos son ineficientes y en países más sofisticados que Venezuela, como Corea del Sur e Italia ya la epidemia está activa”.
El país caribeño enfrenta la “peor situación histórica del sistema de salud” que se refleja en la simpleza de que 55 % de los 40 hospitales más importantes no cuenta con tapaboca en las salas de emergencia.
Además, 90 % no tiene protocolo de acción para infecciones respiratorias; y ninguno posee esquemas de aislamiento, sine qua non para hacerle frente a un virus de esta magnitud.
“Tendrás médicos en riesgo e incluso más casos de contagio”.
-Contención o mitigación del Coronavirus-
En entrevista a César Miguel Rondón, Castro afirma que a pesar de que Venezuela está en riesgo bajo; por la poca entrada de viajeros, “es cuestión de tiempo”. Después de Canadá y Estados Unidos, los más vulnerables son Brasil y México.
El boletín epidemiológico venezolano está cerrado desde 2016 y las cifras extraoficiales que manejan organizaciones no gubernamentales y gremios médicos y sanitarios se basan en la experiencia y el contacto día a día con el funcionamiento del sistema de salud.
El experto alerta que la contención del coronavirus es incontrolable y apuesta a la mitigación para controlar mayormente los daños que pudiera ocasionar la presencia de la enfermedad.
Esto implica: prepararse para las mascarillas, informar a la población, a los medicos, establecer un plan para la modificación de los horarios de trabajo, optimizar los servicios públicos, etc.
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