Al menos 22 personas murieron y 189 resultaron heridas en tres días de enfrentamientos en Nueva Delhi que coincidieron con la primera visita oficial a la India del presidente estadounidense Donald Trump. Se espera que la cifra siga subiendo dado que los hospitales estaban abrumados con decena de heridos, dijeron el miércoles las autoridades.
Los episodios de violencia entre turbas de hindúes y musulmanes surgieron en protesta por una ley aprobada por el Parlamento en diciembre que dará la ciudadanía a personas de minorías religiosas y excluye a los musulmanes.
Arjind Kerjiwal, ministro en jefe en Nueva Delhi, pidió al gobierno del primer ministro Narendra Modi el envío de militares a las zonas afectadas por los disturbios en el nordeste de la capital
La policía describió la situación como tensa, pero bajo control. Las escuelas permanecían cerradas y el derecho de asamblea seguía suspendido.
La violencia se agravó el martes, indicó Rouf Khan, de 43 años y vecino de Mustafabad, una zona del nordeste de Nueva Delhi.
Turbas armadas con barras de hierro, ladrillos y palos de bambú atacaron viviendas de musulmanes mientras coreaban “Jai Shri Ram”, o “Victoria al señor Rama”, el popular dios hindú que aparece en la épica religiosa “Ramayana”, indicó Khan.
Mientras Trump y su comitiva se iban de Nueva Delhi a bordo del avión presidencial Air Force One el martes por la tarde, familias musulmanas se refugiaron en una esquina nordeste de la ciudad, rezando porque los grupos hindúes no le prendieran fuego.
“Tras abrirse paso en las casas, se pusieron a destruir y empezaron a golpear a la gente y romper cosas de las casas”, dijo Khan, añadiendo que tuvo que huir con su familia para refugiarse en una mezquita vecina que según dijo estaba vigilada por miles de hombres musulmanes.
“No sé si nuestra casa se quemó o no, pero cuando huíamos les oímos pedir a la gente que echara queroseno y lo quemara todo”, dijo Khan.
Aunque aún no se habían completado las autopsias, algunos fallecidos tenían heridas de bala, indicó el médico Sunil Kumar, director médico del Hospital Guru Teg Bahadur.
Otros llegaron al hospital con heridas de bala o arma blanca, así como lesiones en la cabeza o provocadas por saltar desde lugares altos.
Entre ellos estaba Mohammad Sameer, de 17 años, que fue atendido el miércoles por un disparo en el pecho en el Hospital Guru Teg Bahadur.
En declaraciones a The Associated Press tras una operación, Sameer dijo que estaba de pie con su familia en la terraza de su apartamento, viendo cómo turbas hindúes entraban en Mustafabad, cuando recibió un disparo en el pecho.
“Cuando dispararon a Sameer, le cargué sobre mis hombros y corrí escaleras abajo”, dijo el padre del chico, Mohammad Akram. “Pero cuando la turba nos vio, nos golpearon a mí y a mi hijo herido. Él sangraba mucho. Mientras nos golpeaban con palos, seguían coreando lemas de Jai Shri Ram y amenazaban con irrumpir en nuestras casas”.
Akram dijo que había logrado llevar a su hijo a un bicitaxi, aunque su marcha se vio interrumpida varias veces por hindúes que exigían que se bajaran los pantalones para mostrar si estaban circuncidados, antes de que consiguieran escapar de la zona y llegar a la sala de urgencias.
El primer ministro paquistaní Imran Khan condenó la muerte de musulmanes y agregó que “ahora 200 musulmanes en la India están siendo atacados. La comunidad mundial debe actuar ahora”.
Trump dijo a los reporteros el martes que algo había escuchado sobre la violencia pero que no abordó el tema con Modi. En su lugar, el mandatario estadounidense se regodeó con el recibimiento que tuvo en la India.