Tras varios meses de campaña, siete debates televisados y muchas deserciones, los demócratas arrancan este lunes en Iowa una elección primaria cargada de suspenso para elegir al rival de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
De los once candidatos aún en liza, cuatro se ubicaron a la cabeza de las últimas encuestas en este estado del medio-oeste de Estados Unidos.
El senador por Vermont Bernie Sanders, quien se define como socialista, ostenta la ventaja. Le siguen el exvicepresidente Joe Biden; el joven exalcalde de la ciudad de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg; y la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren.
La senadora por Minesota Amy Klobuchar recientemente pegó un salto en las encuestas.
La votación de la noche del lunes no será con papeletas sino en las asambleas de electores conocidas como “caucus”, que comienzan a las 19H00 locales (01H00 GMT) en unas 1.700 locaciones de Iowa.
Desde hace meses, tanto los candidatos como los votantes llaman sobre todo a vencer a Trump en los comicios del 3 de noviembre.
A medida que se acerca la esperada absolución del magnate devenido presidente el miércoles en el juicio político al que fue sometido en el Senado, su presencia se hace cada vez mayor en Iowa.
Y no duda en comentar sobre la carrera entre sus potenciales rivales, de quienes se burla a menudo.
“Tengo apodos para cada uno de ellos”, dijo Trump a la cadena Fox News el domingo. ¿Sanders? “Un comunista”. ¿Biden? “Joe el dormilón”. En cuanto a Warren, ella no “sabe decir la verdad”.
Trampolín
“Todo comienza en Iowa”, lanzó Sanders, de 78 años, ante sus partidarios, a los que congregó en forma abundante.
El veterano senador por Vermont perdió hace cuatro años en Iowa ante Hillary Clinton y esta vez espera que este estado rural y poco poblado le sirva de trampolín.
Para ello se apoya en las minorías y los jóvenes, “la generación más progresista de la historia de este país”, proclama.
“Salgan y golpeen las puertas” para motivar a los votantes, exhorta Sanders a sus seguidores, porque la movilización será clave para marcar la diferencia con Biden, de 77 años.
Ya sean añosos como Sanders y Biden, o jóvenes como Buttigieg, que ostenta 38, el mensaje que cada uno de los aspirantes envía a las bases demócratas es que son los más idóneos para evitar que Trump logre un segundo mandato.
“¡Lo más importante es derrotar a Donald Trump!”, repite la senadora Warren, de 70 años.
A quienes se inquietan por su juventud, Buttigieg recuerda a Kennedy, Clinton y Obama. “Debemos tener el valor de olvidar las políticas del pasado”, afirma.
Por el contrario, Biden propone estabilidad y experiencia para dar vuelta la página de Trump: “Necesitamos un presidente que esté listo desde el primer día”.
“Les prometo, si me apoyan, que pondremos fin al odioso y divisivo reinado de Trump”, lanzó ante más de 1.000 seguidores la noche del domingo en Des Moines, la capital de Iowa.
Convencer a los indecisos
El cierre de la campaña el fin de semana se jugó en el terreno de este estado, elector por elector, con miles de militantes golpeando puertas, llamando por teléfono o colocando pancartas, en medio de una tibieza inusual para principios de febrero que no obstante no alcanzó a derretir la nieve.
Lo principal para los aspirantes es tener en Iowa un desempeño mejor al esperado, pues la sorpresa puede dar un impulso en la siguiente etapa de la interna, dentro de una semana en New Hampshire.
Más de la mitad de los electores se mostraban indecisos la semana pasada. Los veteranos del partido esperan una movilización superior a la de 2008, cuando Barack Obama se impuso en Iowa.
Convencer a los indecisos: ese es el objetivo en éstas últimas horas.
La noche del domingo, cuando tuvo lugar la final del Super Bowl, Kim Robinson, de 67 años, prefirió ir a escuchar a Klobuchar, de 59.
Y expuso su indecisión. Decidió que finalmente no apoyará a Biden, inclinándose por Buttigieg. “Pero podría cambiar por Amy Klobuchar”, agrega con una sonrisa.
“La única pregunta que me hago es: ¿Quién ganará contra Donald Trump?”