Las refinerías venezolanas de Amuay y Cardón, propiedad de la compañía estatal Pdvsa y que forman parte del llamado Complejo Refinador de Paraguaná (CRP), suspendieron sus operaciones temporalmente esta semana por una falla operativa, denunciaron a Efe varias fuentes del sector.
Varias de esas fuentes explicaron que en el caso de Amuay la reactivación se producirá en un menor plazo e incluso uno de los consultados indicó que este martes se inició el proceso de reactivación.
Efe consultó a Pdvsa acerca del caso sobre la situación de las dos refinerías y no obtuvo respuesta.
El secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras del Petróleo de Venezuela (FUTPV), Iván Freites, detalló a Efe que las refinerías de Amuay y Cardón se paralizaron en la noche del sábado pasado por “problemas de unos equipos”.
Freites dijo que la paralización de operaciones en Cardón “debe ser por varias semanas” pues se trata de “un daño mayor” que afecta a “una torre destiladora”, mientras que en el caso de Amuay sería “por unos días”.
El analista petrolero Rafael Quirós Serrano confirmó que la producción de Cardón se recuperará “en una o dos semanas” y apuntó que en el caso de Amuay la estatal “la echó a andar ayer (martes)”.
EFECTO DOMINÓ
La caída de la extracción de petróleo ha tenido un efecto directo sobre la producción de las refinerías, por cuanto las plantas no disponen de la materia prima local para procesar.
La merma de la producción de crudo venezolano ha sido compensada con la importación petróleo liviano y mediano o con productos casi terminados a los que se les procesa para incorporarles aditivos y hacerlos aptos para su comercialización.
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De acuerdo con los analistas, las refinerías venezolanas producen entre el 10 % y el 15 % de su capacidad instalada.
Las refinerías de El Palito, estado Carabobo; y Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, también presentan problemas operativos. En el caso de la segunda, no ha producido ni un litro de gasolina desde 2018, según las fuentes consultadas.
EL ORIGEN DE LA SITUACIÓN
En los últimos diez años, advierten las fuentes, Pdvsa redujo paulatinamente las inversiones en sus refinerías, a lo que hay que añadir el efecto de las sanciones que entraron en rigor en 2019 y que implican una veda al acceso a repuestos y equipos de origen estadounidense.
La situación de las dos plantas refinadoras, sostuvo Freites, “es producto de la falta de mantenimiento, de que no hay repuestos, de que se no hacen las reparaciones que se requieren”.
Recordó que “muy pocas veces” ambas refinerías han parado sus operaciones de manera simultánea como en esta oportunidad.
Si bien Pdvsa ha buscado que las empresas de servicio chinas o indias asuman esas tareas, al final se tropiezan con la limitación de que ciertas tecnologías son de origen estadounidense y no pueden acceder a ellas.
Otras de las razones que explican el estado actual de las refinerías es la falta de mano de obra calificada en la industria petrolera.
Freites precisó que en el CRP actualmente “acuden a trabajar” 300 personas, en unas plantas que una década atrás tenían una nómina de 5.700 empleados.
Por último, las refinerías no escapan a la precariedad de los servicios públicos en el país caribeño, es así que el año pasado durante el mes de septiembre Cardón y Amuay pararon sus operaciones durante 20 días después de que se produjo una falla eléctrica en la región.
EFE