El juicio político contra el presidente Donald Trump comenzó este martes en el Senado de Estados Unidos bajo el férreo control de sus aliados republicanos, decididos a contener el argumento de los demócratas de que el mandatario cometió un abuso de poder con sus presiones a Ucrania.
Tras casi cuatro meses de investigación y negociaciones, el proceso de destitución de Trump empezó finalmente en un clima de crispación, con los republicanos aferrados a las riendas del proceso y los demócratas frustrados por las trabas de la mayoría conservadora a sus intentos de arrojar más luz sobre el caso.
“Iniciamos el tercer juicio para la destitución de un presidente en la historia de Estados Unidos”, dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, poco antes del comienzo formal del proceso.
UN PRIMER REVÉS PARA LOS DEMÓCRATAS
Si los demócratas llevaron la voz cantante durante la fase de investigación en la Cámara Baja, su pérdida de poder quedó clara poco después de empezar el juicio en el Senado.
El proceso, conocido en inglés como “impeachment”, comenzó con un debate sobre las reglas diseñadas por McConnell, quien propuso inicialmente que los “fiscales” demócratas y la defensa de Trump tuvieran cada uno 24 horas divididas en dos días para exponer sus argumentos.
Pero las presiones de algunos en su propio partido obligaron a McConnell a cambiar su propuesta a última hora y a establecer que esas 24 horas se dividirían en cambio en tres días, para evitar las sesiones de madrugada a las que se exponían los senadores.
El líder republicano anunció que el Senado aprobaría este martes a toda costa las normas del juicio político, lo que inició un largo debate al que asistieron, en silencio, los cien senadores convertidos en “jurado” del proceso contra Trump.
“Necesitamos que el presidente deje de esconder las pruebas” de sus presiones a Ucrania, subrayó una de las “fiscales” demócratas, la congresista Zoe Lofgren.
La legisladora defendía así una petición del líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, de incluir en las normas una citación judicial para que la Casa Blanca entregara a la Cámara Alta decenas de documentos sobre la relación entre Trump y Ucrania.
Pero los republicanos del Senado hicieron valer su mayoría y rechazaron tanto esa enmienda como una segunda medida para acceder a papeles del Departamento de Estado, tumbadas en ambos casos por 53 votos contra 47.
Fue el preludio de una dinámica que se repetirá previsiblemente a lo largo del juicio político, un proceso guiado por el partido del presidente y abocado a acabar en su absolución, a no ser que se produzca un improbable aumento del apoyo público al “impeachment” que obligue a algunos senadores republicanos a cambiar su voto.
Sin embargo, los demócratas se anotaron dos pequeñas victorias: la concesión de última hora de McConnell para evitar debates de madrugada y su visto bueno a incluir como prueba la investigación completa de la Cámara Baja sobre el caso de Ucrania.
LA DEFENSA DE TRUMP SACA PECHO
La jornada inaugural del juicio político incluyó el estreno de los protagonistas de la defensa de Trump, sus abogados Jay Sekulow y Pat Cipollone.
“Acabemos con esta farsa ridícula y demos paso a las elecciones” presidenciales de noviembre, sentenció Cipollone.
El abogado de la Casa Blanca definió como un “acto de patriotismo” la negativa de Trump a permitir que testifiquen varios de sus asesores y exsubordinados como John Bolton, un tema que promete suscitar el debate más tenso del juicio político.
UN CALENDARIO APRETADO
La Casa Blanca no quiere que el proceso dure más de dos semanas, por lo que confía en afrontar “un juicio acelerado y con pocas pruebas”, en palabras del demócrata Schumer.
Por ahora, se espera que los argumentos de los “fiscales” demócratas comiencen este miércoles y duren hasta el viernes, mientras que la defensa de Trump efectuaría su exposición del sábado al lunes.
A continuación, las reglas de McConnell contemplan un periodo de preguntas y respuestas de 16 horas, seguido por un debate y una votación acerca de si se deben considerar más pruebas y testigos; lo que implica que, como pronto, el juicio político podría concluir el 1 de febrero, aunque es probable que dure más.
El juicio político se basa en dos cargos, los de abuso de poder y obstrucción al Congreso, relacionados con las presiones de Trump a Ucrania para que investigara a uno de sus posibles rivales en las elecciones de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
Según la oposición demócrata, Trump condicionó la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania y también la programación de una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a su exigencia de que Kiev anunciara que planeaba investigar a Biden.