El acuerdo comercial preliminar entre Estados Unidos y China fue celebrado en todo el mundo, pero le puede salir caro al agronegocio de Brasil, uno de los grandes beneficiados por la guerra de aranceles entre las dos principales economías del planeta.
Según cálculos de la escuela de negocios Insper y de la Consultora británica Oxford Economics, divulgados por la prensa local, el impacto podría llegar a los 10.000 millones de dólares, un 5% del valor total de las exportaciones de Brasil en 2019.
“Las pérdidas estadounidenses con la guerra comercial fueron de casi 13.000 millones de dólares y lo que ganó Brasil de más con sus ventas a China fueron 11.000 millones. Así que esa cifra cuadra con esas expectativas”, afirmael internacionalista Marcelo Suano.
El gigante latinoamericano se convirtió en aliado de Estados Unidos con la llegada al poder en 2019 del ultraderechista Jair Bolsonaro. Pero es a la vez un fuerte competidor, especialmente del agronegocio estadounidense.
En el acuerdo firmado el pasado miércoles en Washington, China, principal socio comercial de Brasil, se comprometió a incrementar en los próximos dos años en 32.000 millones de dólares respecto a 2017 su compra de productos agrícolas estadounidenses, entre ellos soja, carne y otros grandes rubros de exportación brasileños.
El acuerdo también podría afectar sus ventas exteriores de petróleo y algodón.
El comercio exterior representa alrededor de un 20% del PIB brasileño.
“Si esa guerra realmente termina, la tendencia natural es que países como Brasil, donde el sector primario, principalmente el agronegocio, es responsable del superávit de la balanza comercial, pierdan”, agrega Suano, profesor de Relaciones Internacionales de la escuela de negocios Ibmec.
Un impacto “esperado”
El Ministerio de Agricultura “todavía está estudiando el impacto” del acuerdo, explicó a la AFP el secretario adjunto de Comercio y Relaciones Internacionales de esa cartera, Flavio Campestrin.
“Es un hecho que Brasil tendrá más competencia, era algo esperado. Pero tenemos que tener en mente que el impacto sobre los principales productos exportados por Brasil no depende solo del volumen de importaciones chinas, sino también de la capacidad de Estados Unidos de incrementar la producción para suplirlas”, destacó.
La semana pasada, el secretario sustituto de Política Agrícola, Wilson Vaz Araújo, admitió que el acuerdo podría tener un impacto, especialmente en la soja, el principal producto de exportación brasileño. Pero le quitó hierro al asunto.
“Con la guerra comercial, ganamos. Tuvimos un espacio mayor en el mercado. ¿Vamos a retroceder un poco? Puede ser. Pero creo que Brasil tiene condiciones de reaccionar y exportar para otros mercados”, afirmó.
Las exportaciones de soja brasileña a China, destinadas a alimento animal, tuvieron un aumento del 34% en 2018, pero cayeron 24,7% en 2019, debido a la peste porcina que diezmó los criaderos de cerdos.
En compensación, hubo un aumento del 80% en las exportaciones de carne bovina, un 53% de pollo y un 101,4% de carne de cerdo, según el ministerio de Economía.
Positivo a largo plazo
Autoridades y analistas coinciden, sin embargo, en que a largo plazo el acuerdo beneficia también a Brasil, que está buscando una apertura comercial.
“Cuanto más equilibrado esté el escenario internacional, mejor para todos. Si hay crecimiento económico, está en juego nuestra capacidad de competir en el mercado internacional. Para eso tenemos que hacer una reconstrucción de nuestros factores de producción, algo que puede verse más positivamente con el apoyo de Estados Unidos para que Brasil entre en la OCDE”, explica Suano.
Con el acuerdo, China también se comprometió a comprar por un valor de 78.000 millones de dólares adicionales bienes manufacturados, entre ellos aeronaves. Algo que podría beneficiar al fabricante brasileño de aviones Embraer, cuya sección comercial está en proceso de absorción por la estadounidense Boeing.