Las fuerzas armadas de Bolivia están “indignadas” con las declaraciones del expresidente Evo Morales sobre la posibilidad de crear unas “milicias armadas” como las de Venezuela si regresa a su país, afirmó este lunes el gobierno.
“El pueblo boliviano está dolido y nuestras fuerzas armadas, indignadas”, afirmó en una rueda de prensa el exmilitar y ministro de Defensa, Luis Fernando López, que manifestó el “rechazo a una lógica absolutamente terrorista y sediciosa”.
Morales dijo el domingo a una radio de los cocaleros bolivianos desde Buenos Aires, donde está refugiado, que “de acá a poco tiempo, si volviera (…), hay que organizar como Venezuela milicias armadas del pueblo”. El exmandatario reiteró además que había sufrido un golpe de Estado en Bolivia.
López, cabeza política de las fuerzas armadas, aseguró: “estamos preparados, entrenando y atentos, no vamos a permitir nada, no vamos a permitir que fuerzas extranjeras quieran tomar el poder en el país”.
Según el ministro, el gobierno de Morales, que dimitió el 10 de noviembre a raíz de una fuerte convulsión social tras elecciones empañadas por acusaciones de fraude, tenía el plan de “desmantelar a las fuerzas armadas y a la Policía para traer fuerzas extranjeras al país”.
Durante las protestas sociales posteriores a las elecciones de octubre, los policías se amotinaron y los militares sugirieron públicamente a Morales dimitir.
Lea También: Bolivia anuncia investigación contra 600 funcionarios del gobierno de Evo Morales
En la misma rueda de prensa que López, el ministro de Justicia, Álvaro Coimbra, anunció que junto a su colega de Interior, Arturo Murillo, van “a iniciar las acciones penales contra el señor EvoMorales” por los delitos “de sedición y terrorismo”.
La Fiscalía local ya investiga a Morales por esos dos delitos, pero en un caso relacionado con un video en el que, según el gobierno, se le escucha pedir desde México a sus bases cocaleras que impidan el ingreso de alimentos a las ciudades, en contra del ejecutivo interino de Jeanine Áñez.
Morales se asiló primero en México después de renunciar, y desde el 12 de diciembre se instaló en Argentina como refugiado.
El exmandatario, leal aliado político de Venezuela y Cuba, ha tenido una vida política activa, primero en México y luego en Buenos Aires, lo que generó tensas relaciones de Bolivia con los dos países.