Estados Unidos anunció el viernes una reducción drástica de sus vuelos a Cuba, la más reciente decisión en su endurecimiento de las sanciones a la isla, que La Habana rechazó “enérgicamente”.
El gobierno de Donald Trump, que acusa a Cuba de oprimir al pueblo cubano y de apuntalar el “régimen dictatorial” de Nicolás Maduro en Venezuela, prohibió todos los vuelos chárter públicos de Estados Unidos a la isla, con excepción de los que llegan a la capital.
Esa restricción ya regía para las aerolíneas comerciales.
“La medida de hoy evitará que el régimen cubano se beneficie de servicios chárter ampliados tras la decisión del 25 de octubre de 2019, que suspendía el servicio aéreo comercial a aeropuertos de Cuba que no fueran el de La Habana”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una declaración.
Esto “limitará aún más la capacidad del régimen cubano de obtener ingresos, que utiliza para financiar su continua represión del pueblo cubano y su apoyo desmedido al dictador Nicolás Maduro en Venezuela”, agregó.
El Departamento de Estado dijo que la prohibición afecta a nueve aeropuertos en Cuba, y anunció un plazo de 60 días para que las campañías que ofrecen vuelos chárter discontinúen su operativa.
Además, anticipó que próximamente se limitará por decreto el número de vuelos chárter permitidos desde Estados Unidos al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana.
Con la nueva restricción, “Estados Unidos impide aún más que el régimen cubano obtenga acceso a divisas de los viajeros estadounidenses”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense.
La administración Trump, apoyada por cubano-estadounidenses de línea dura contra el gobierno comunista de la isla, ha aplicado decenas de medidas que refuerzan el embargo que Estados Unidos mantiene desde 1962, argumentando violaciones de los derechos humanos de cubanos y apoyo político y militar a Maduro en detrimento del pueblo venezolano.
– “Violación de la libertad” –
Cuba, que niega esas afirmaciones y considera que las sanciones atentan contra los derechos de sus ciudadanos, repudió la nueva disposición.
“Rechazo enérgicamente nueva prohibición por gobierno de #EEUU de vuelos charter a #Cuba excepto #Habana y restricción número de ellos en esta. Es grave violación de derechos humanos, de libertad de viajar estadounidenses y obstaculiza reunificación familiar. #CubaVsBloqueo”, tuiteó el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
También condenó la medida la legisladora estadounidense Donna Shalala, una demócrata que representa un distrito del sur de Florida con mucha población cubano-estadounidense que no votó al Partido Republicano de Trump en las últimas elecciones.
“En lugar de castigar al régimen cubano, esta política perjudicará más a las familias cubanas, familias que simplemente quieren visitar a sus seres queridos”, dijo.
De hecho, algunos cubano-estadounidenses pueden terminar pagando más al gobierno cubano al comprar vuelos o autobuses de conexión.
Varias ONGs y grupos que buscan el fin del embargo, como el Center for Democracy in the Americas (CDA), WOLA, OXFAM y Engage Cuba, denunciaron la interrupción de los vuelos chárter a Cuba con excepción de La Habana y solicitaron al Congreso estadounidense que apruebe dos proyectos de ley presentados el año pasado, uno en la Cámara de Representantes y otro en el Senado, que piden autorizar los viajes a Cuba.
La posibilidad de viajes directos a Cuba surgió con el predecesor de Trump, Barack Obama, que permitió en 2015 el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas desde la revolución de Fidel Castro.
Obama visitó La Habana y consideró como un fracaso los intentos de más de medio siglo de Estados Unidos para derrocar al gobierno comunista de Cuba. Pero desde su llegada al poder en 2017, Trump ha dado marcha atrás a ese acercamiento.
Según cifras oficiales cubanas, en 2019 el número de norteamericanos que viajaron a Cuba se redujo en 20% respecto a 2018, pasando de 623.172 a 498.538.
La disminución de los viajeros estadounidenses impactó en los florecientes servicios turísticos locales de iniciativa privada.
En octubre, Washington también impidió a las aerolíneas estatales cubanas arrendar aviones, lo que obligó a la isla a suspender vuelos a varios países de la región. Cubana de Aviación dijo entonces que las sanciones también afectarían vuelos internos y le provocarían pérdidas hasta diciembre por unos 10 millones de dólares.